La expansión de Starlink podría afectar observaciones del Hubble

Los satélites de Starlink están generando preocupaciones serias en el mundo de la astronomía. Un estudio reciente publicó en Nature que estos dispositivos pueden impactar profundamente en nuestras observaciones del espacio. Se estima que un abrumador 96% de las imágenes captadas por algunos telescopios en la órbita baja podrían verse gravemente afectadas en la próxima década. Este crecimiento desmedido de satélites, Vinimos de 2.000 a 15.000 satélites en sólo unos años, tiene sus causas en la disminución de costos para lanzamientos y en la flexibilización de las regulaciones globales.

Mientras los científicos han puesto el foco antes en el impacto de estos satélites sobre la astronomía terrestre, esta investigación es pionera al evaluar su efecto en telescopios espaciales que operan entre 400 y 800 km de la Tierra. Es un cambio de paradigma que nos obliga a repensar cómo será el futuro de la exploración espacial.

El avance de Starlink genera alarma entre astrónomos

Un equipo liderado por Alejandro Borlaff, de la NASA, simuló el efecto de las mega constelaciones en cuatro telescopios espaciales: el Hubble, el SPHEREx (de la NASA), el Xuntian (de China) y el ARRAKIHS (de la Agencia Espacial Europea). Los resultados fueron alarmantes: los rayos de luz reflejados por los satélites podrían interferir hasta en el 39,6% de las imágenes del Hubble y en el 96% del Xuntian y el ARRAKIHS.

Los investigadores anticipan que, con la proyección de 560.000 satélites, el número promedio de satélites visibles va a ser considerable. Se calcula que habrá 2,14 satélites por exposición para el Hubble, y hasta 92 para el Xuntian. ¿La solución? Plantean ubicar estos satélites en órbitas más bajas, aunque hay que tener en cuenta que esto podría afectar la capa de ozono.

Alejandro Sánchez de Miguel, del Instituto de Astrofísica de Andalucía, resalta que el estudio aumenta las preocupaciones previas, tradicionalmente enfocadas en la astronomía terrestre. De hecho, señala que las predicciones podrían ser incluso optimistas, ya que no incluyen todos los satélites que aún están planeados. “Estamos perdiendo visibilidad no solo en telescopios terrestres, sino también en los espaciales”, advierte.

Olga Zamora, astrónoma del Instituto de Astrofísica de Canarias, describe estos resultados como devastadores y recuerda que Elon Musk propuso que los astrónomos deberían considerar mover sus telescopios al espacio para evitar la contaminación lumínica. “La ciencia del futuro está en juego”, agrega.

Eva Villaver, subdirectora del IAC, destaca que es fundamental tener acceso a un cielo nocturno sin interferencias, tanto para la ciencia como para la cultura. “Sería triste saber que podríamos quedar ciegos y no hacer nada al respecto”, enfatiza.

Por su parte, Jorge Hernández Bernal, investigador de La Sorbona, apunta que el problema va más allá de la astronómica. Afecta cuestiones de tráfico aéreo, el cambio climático y el patrimonio cultural de pueblos indígenas, cuyos habitantes, como los aborígenes australianos, dependen de la observación del cielo. “La solución está en una democratización real del espacio”, concluye, haciendo un llamado a regulaciones multilaterales y transparentes.

Botão Voltar ao topo