la estrategia del gobierno para frenar el dólar antes de las elecciones
En el contexto actual, el BCRA y el Ministerio de Economía han implementado tres herramientas clave para intentar mantener el valor del dólar por debajo de un cierto umbral sin comprometer las reservas. Estas son: la intervención en futuros, un endurecimiento monetario y la absorción de pesos mediante encajes y deuda del Tesoro. Sin embargo, recientes rumores en la city indican que el Tesoro podría haber comenzado a vender dólares de manera directa.
1. El BCRA y su intervención en el mercado de futuros del dólar
El Banco Central ha incrementado su presencia en el mercado de futuros del dólar con el objetivo de estabilizar las expectativas y evitar un salto brusco en la cotización. Esta semana, el volumen operado alcanzó la cifra sorprendente de u$s2.500 millones, que es tres veces el movimiento habitual en este mercado.
Por otro lado, el interés abierto llegó a u$s7.950 millones, un pico que se asemeja a los niveles previos a las elecciones de 2023. Las estimaciones sugieren que la posición vendedora del Central ronda los u$s6.000 millones, un número considerablemente más alto que los u$s3.800 millones informados semanas atrás. Hay que recordar que el límite que tiene el Gobierno para intervenir en este mercado es de u$s9.000 millones.
Esta estrategia ha tenido cierto éxito parcial: consiguió mantener el tipo de cambio por debajo de los $1.330 y moderar el dólar implícito a diciembre cerca del techo de la banda cambiaria para ese momento. Al ser operaciones que se liquidan en pesos, no comprometen las reservas, lo que le permite al BCRA “anclar” las expectativas. Sin embargo, el nivel de intervención y el alto volumen de ventas en futuros generan preocupación, ya que podrían aumentar la volatilidad y erosionar la confianza de los inversores.
2. Tasas reales más altas de los últimos años
Simultáneamente, el enfoque monetario se ha tornado más estricto. El Tesoro ha logrado renovar vencimientos y convalidó tasas de 4,3% mensual en Lecaps, una cifra que supera significativamente el 2,5/2,6% de los primeros meses tras la salida del cepo. Además, se emitieron títulos ligados a la tasa TAMAR (hoy por encima del 60% TNA) por $4,6 billones, lo que generó una fuerte demanda por parte de los bancos, permitiendo estirar los plazos a 100 días.
El mensaje aquí es claro: se busca aumentar nuevamente las tasas para que la deuda en moneda local pueda refinanciarse y, a la vez, sacar pesos de la economía, alargando el calendario de vencimientos de los instrumentos ofrecidos por el Tesoro.
Este “apretón monetario” se alinea con la estrategia cambiaria. Tasas más altas ayudan a sostener el peso frente a la habitual dolarización en campañas electorales. Así, los instrumentos en pesos parecen atractivos, pero el inversor debe ser consciente del riesgo de mayor volatilidad. Por ejemplo, los bonos CER tuvieron una fuerte demanda la semana pasada debido a los rendimientos, que superan el 30% más inflación.
En pocas palabras, el aumento de las tasas implica un mayor costo del dinero, lo que el Gobierno considera como un aspecto “transitorio” que podría moderarse tras resultados electorales favorables.
3. Cerco a los bancos: encajes en el nivel más alto en 32 años
La tercera parte de esta estrategia oficial se centra en “cerrar” a los bancos, en consonancia con el endurecimiento monetario. Los encajes han subido al 53%, el nivel más alto desde 1993, lo que llevó a una fuerte demanda de títulos del Tesoro en la última licitación, ya que las entidades tienen pocas opciones para manejar su liquidez.
Según el último informe de GMA, la autoridad monetaria retiró $3,2 billones mediante este mecanismo, llevando los agregados monetarios, M2 y M3 privado, a mínimos históricos: 7,9% y 13,4% del PBI, respectivamente. Esta contracción, que contradice la estrategia inicial del Gobierno, impacta en el crédito y, por lo tanto, en la actividad económica y la rentabilidad bancaria.
Señal de alarma en la city: ¿el Tesoro vendió dólares?
En los últimos días, un informe de la consultora 1816 reveló una disminución en los depósitos en dólares del Tesoro, a la par que se observó un aumento de las colocaciones en pesos dentro del BCRA. Según esos números, el volumen de las operaciones rondó los u$s350 millones entre el 11 y el 27 de agosto.
Si bien no se puede tomar como una estrategia definida, este hecho es una señal de la tensión que enfrenta la política económica en medio de la volatilidad cambiaria. La posible venta de dólares, en un momento en que el Banco Central no acumula divisas, podría poner en jaque la confianza en la capacidad oficial de cumplir con los próximos vencimientos de deuda. Sin embargo, no se puede desestimar la opción de que sea algo “transitorio” y, después de las elecciones, el Tesoro vuelva a adquirir dólares. Aunque, por otro lado, dos meses es un periodo largo para mantener esta situación.
En este clima, la situación política agrega incertidumbre. El índice de Confianza en el Gobierno cayó en agosto al 42,4%, el nivel más bajo durante la gestión de Milei, con una baja del 23% en el GBA. Así que se espera con expectación si las medidas del BCRA y el Tesoro son suficientes para contener el dólar en la semana previa a las elecciones en la provincia de Buenos Aires. Por ahora, el combo de futuros, tasas y encajes le permite al Gobierno ganar un poco de tiempo.