La esfinge que dejó Egipto y se hizo multimillonario

Emigrar a un nuevo país puede ser una aventura llena de desafíos. No todos quienes se lanzan a esta experiencia logran el éxito, pero hay quienes, gracias a su ambición y visión empresarial, transforman su vida y hacen millones en el proceso. Es realmente inspirador ver cómo algunos encuentran oportunidades que en sus tierras de origen parecían imposibles.

Un claro ejemplo es Fayez Sarofim, un hombre que llegó a Estados Unidos con la idea de estudiar. Sin embargo, en el camino, descubrió su verdadera pasión en las grandes universidades que había elegido. Al final, se convirtió en un magnate de los negocios, aunque su fortuna pasara desapercibida hasta su fallecimiento en mayo de 2022.

La trayectoria de Fayez Sarofim

Con una sólida formación académica, Fayez obtuvo títulos en economía en la prestigiosa Universidad de California, Berkeley, y en la Escuela de Negocios de Harvard. En 1958, impulsado por los recursos de su familia en Egipto, fundó Fayez Sarofim & Co. en Houston, Texas.

Conocido como “La Esfinge” por su perfil bajo y su aguda habilidad para invertir, se especializó en acciones de primer nivel, utilizando estrategias tanto de compra como de retención. A través de estos métodos sumamente efectivos, logró abrirse paso y hacerse un nombre en el competitivo mundo de las finanzas.

Un astuto inversionista

Sarofim se destacó por su capacidad para identificar empresas con fundamentos sólidos. Esta habilidad le valió comparaciones con grandes como Warren Buffett. En el momento de su fallecimiento, su compañía contaba con más de 40 mil millones de dólares en activos.

La fortuna de Fayez Sarofim

Al momento de su muerte, algunos medios especulaban que su patrimonio neto se situaba entre uno y dos mil millones de dólares. Sin embargo, un pago al IRS posterior a su fallecimiento reveló una cifra sorprendente: su fortuna podría rondar los 20 mil millones de dólares.

Fayez era un hombre de perfil bajo, sin necesidad de hacer ruido en el ámbito público. Poco se sabía de su vida personal, y tampoco se destacaba en dar entrevistas. Sin embargo, su vida no estuvo exenta de complicaciones; en sus dos divorcios, pagó a su primera esposa 250 millones y a la segunda, 12 millones de dólares.

Su historia es un recordatorio de que, a pesar de los desafíos que ofrece la emigración, es posible alcanzar grandes logros en el extranjero. Con determinación y un poco de suerte, las oportunidades pueden surgir de los lugares más inesperados.

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