La escasez de aviones puede dañar el turismo global

La industria del turismo a nivel mundial está en un momento espectacular, con récords en viajes internacionales, un aumento en el número de pasajeros y perspectivas optimistas de recuperación tras el impacto de la pandemia de Covid-19. Sin embargo, cuando finalmente parecemos haber recuperado el ímpetu de los viajes, un problema acecha: la escasez global de aeronaves.

Un análisis de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) señala que la disponibilidad de aviones, así como de sus motores y componentes, se ha vuelto un cuello de botella significativo para las aerolíneas en todo el mundo. Esta crisis de producción, que se ha intensificado en los últimos años, ha dado lugar a un déficit estimado de 5.300 aeronaves, lo que podría limitar la expansión del turismo internacional durante la próxima década.

En los primeros nueve meses de 2025, el número de turistas internacionales creció de manera notable: más de 1.100 millones de personas realizaron viajes internacionales, lo que representa un incremento del 5% en comparación con el año anterior, y un 4% por encima de las cifras de 2019, según datos de la Organización Mundial del Turismo (OMT). A pesar de estas cifras alentadoras, los expertos advierten que el crecimiento del turismo podría verse limitado por la disponibilidad de vuelos. Cada vuelo que no se puede programar por falta de aeronaves representa una oportunidad perdida de ingresos para destinos turísticos, hoteles y empresas relacionadas.

La demanda global de pasajeros se mantiene elevada, casi alcanzando los récords históricos de 2024. Se espera que en 2025 se transporten cerca de 9.800 millones de pasajeros en todo el mundo, con un crecimiento interanual estimado del 3,7%. Este contexto debería ser una buena noticia para las aerolíneas, ya que más viajeros significan más ingresos, y esto es crucial en un sector que contribuye aproximadamente 12 billones de dólares a la economía mundial en 2025.

Sin embargo, este crecimiento está amenazado por disrupciones en la cadena de suministro aeroespacial. La IATA revela que los retrasos en la fabricación y entrega de aviones están generando un déficit estructural que será complicado resolver antes de 2031-2034. Esta situación se debe en parte a pérdidas acumuladas en entregas durante los últimos cinco años y a una cartera de pedidos que supera las 17.000 aeronaves, casi un 60% de la flota activa global.

Costos más altos, pasajes más caros

La escasez de aviones es solo una parte del problema que enfrenta la industria aeronáutica. La IATA estima que se generan sobrecostos que podrían superar los 11 mil millones de dólares en 2025 debido a varios rubros. Por ejemplo, 4.200 millones en costos excesivos de combustible, ya que muchos aviones que aún están operativos consumen más combustible y no se pueden reemplazar por modelos más eficientes.

También hay 3.100 millones adicionales en mantenimiento por la edad de las aeronaves, 2.600 millones en costos de alquiler y reparación de motores, y 1.400 millones por el excedente de repuestos en stock debido a compras preventivas. Estos costos afectan la rentabilidad de las aerolíneas, que, aunque reportan ingresos más altos, ven sus beneficios erosionados por los costos operativos crecientes.

La presión sobre los precios de los pasajes es otra consecuencia de esta escasez. Cuando la demanda supera la oferta de vuelos, las aerolíneas tienen más poder para aumentar las tarifas, lo que encarece los viajes y puede afectar la decisión de compra de los turistas más sensibles al precio.

Escasez de aviones: las razones técnicas del déficit

La IATA ha destacado varios factores que agravan la situación actual. En resumen, hay un déficit de 5.300 aeronaves y más de 5.000 aviones que no están en uso activo, atrapados en hangares por la falta de nuevas aeronaves.

  1. Producción desequilibrada: La fabricación de fuselajes supera la de motores, lo que lleva a que muchos aviones terminados es esperen por motores disponibles.

  2. Certificaciones más lentas: Certificar nuevas aeronaves ahora puede tardar entre cuatro y cinco años, en comparación con los 12-24 meses que se necesitaban antes.

  3. Restricciones comerciales y arancelarias: Los aranceles sobre componentes han encarecido partes esenciales.

  4. Escasez de mano de obra calificada: La falta de técnicos especializados limita la capacidad de aumentar la producción.

  5. Fragilidad de la red de proveedores: Muchos componentes dependen de un número limitado de productores, lo que hace que cualquier contratiempo cause retrasos.

Además, la edad media de la flota mundial ha aumentado a 15,1 años, lo que genera costos adicionales debido a menor eficiencia y mayores gastos operativos. Este envejecimiento afecta el rendimiento y también los objetivos de sostenibilidad, ya que muchas aeronaves nuevas están diseñadas para ser más ecológicas.

Así, el panorama actual de la aviación revela un entramado complejo donde la oferta y la demanda todavía luchan por encontrar un equilibrio.

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