La electrificación redefine procesos, inversiones y prioridades

La transición de BMW está en marcha y suena bastante emocionante. Están llevando a cabo un cambio hacia un modelo industrial más sostenible, y eso no solo afecta a los vehículos que producen, sino a cómo funcionan internamente. Ilka Horstmeier, una de las cabezas de la compañía, resaltó que esta transformación comienza en la estructura de la empresa.

Horstmeier charló desde la sede central en Múnich con varios medios internacionales. Ella subraya que, aunque la movilidad eléctrica es la cara visible de este cambio, es solo una parte de un proceso más grande. “El avance tecnológico está demandando que revisemos nuestra manera de trabajar. Necesitamos adaptarnos en todos los niveles, desde las plantas hasta cómo nos relacionamos con nuestros proveedores”, explicó.

Cambios internos

La movilidad del futuro requiere una revisión profunda de los procesos y las capacidades de los empleados. Horstmeier comentó que no solo se trata de los vehículos, sino de cómo se organizan el trabajo y la toma de decisiones dentro de la empresa. La transformación tiene que empezar desde adentro, porque sin ello, avanzar puede resultar complicado.

Tensiones en la transición

Hay varias tensiones en este proceso de cambio. Por un lado, está el ritmo del avance tecnológico. A veces, este no se alinea con el tiempo necesario para formar a los trabajadores en las nuevas capacidades que se requieren. También hay una presión regulatoria que varía según la región, y eso agrega un nivel de complejidad. Además, la relación con los proveedores es crucial; no pueden adaptarse solo ellos, sino que todos deben estar en la misma sintonía.

Atrayendo talento

Horstmeier destacó que atraer talento hoy no es solo cuestión de nombres conocidos. Los candidatos están más críticos que nunca y buscan empresas con un propósito claro y un compromiso real con el medio ambiente. “Preguntan sobre nuestros procesos, sobre la huella de producción y las condiciones laborales”, dijo. Frente a la competencia de empresas tecnológicas y startups, BMW también necesita ofrecer propuestas atractivas y consistentes para sumar a los mejores.

Preparación para el futuro

¿Cómo se gestiona una fuerza laboral tan extensa ante esta electrificación acelerada? La planificación a largo plazo es la clave. Es fundamental anticipar qué perfiles serán necesarios en el futuro y comenzar la recapacitación antes de que se haga evidente una brecha de habilidades. También se están implementando programas de movilidad interna para que los empleados puedan cambiar a áreas donde surgirán nuevas oportunidades.

Coherencia en sostenibilidad

Horstmeier también habló sobre la coherencia necesaria en las metas de sostenibilidad. Estas no pueden ser solo declaraciones, deben reflejarse en decisiones concretas como cómo se abastece una planta de energía y qué proveedores se eligen. Todo hoy en día se audita; por lo tanto, establecer objetivos ambiciosos sin documentar el progreso no es suficiente.

Obstáculos en el camino

Uno de los mayores obstáculos en este camino es la complejidad de la cadena de suministro. No todos los lugares tienen el mismo acceso a energía renovable o a materiales que tengan una trazabilidad completa. Esto significa que deben planificar según el mercado, no solo por el producto.

Coraje corporativo

La ejecutiva comentó que a esto lo llama “coraje corporativo”, una necesidad de cuestionar los viejos supuestos que han funcionado durante años en una industria bastante estable. La electrificación está empujando a BMW a reexaminar sus procesos, inversiones y prioridades.

La demanda variable

En cuanto a la incertidumbre que enfrenta la compañía, mencionó que la demanda de automóviles eléctricos no es homogénea. Hay mercados que están avanzando rápidamente y otros que lo hacen más lentamente. Esto impacta la planificación industrial, ya que no puede transformarse todo al mismo tiempo. Por eso, cada transición debe ser gradual y adaptarse a la realidad de cada país.

Importancia de la fuerza laboral

Finalmente, Horstmeier enfatizó que la fuerza laboral juega un papel central en esta transformación. La transición tecnológica solo tendrá éxito si va de la mano con un desarrollo en las habilidades de los trabajadores. Para ello, están invirtiendo en capacitación y creando trayectos internos de reconversión. Sin estas modificaciones, la electrificación seria solo un discurso, no una realidad.

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