El final del Cónclave ha revelado, una vez más, el surgimiento de un tapado como el nuevo Sumo Pontífice. Tras dos días de deliberaciones, Robert Prevost fue elegido como el nuevo Papa de la Iglesia Católica. Su elección sorprendió a muchos, ya que no se encontraba entre los candidatos favoritos al inicio del proceso electoral.
En la previa al Cónclave, todos los ojos estaban puestos en tres cardenales destacados: el secretario de Estado de la Santa Sede, Pietro Parolin; el Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, Luis Antonio Tagle; y el arzobispo de Esztergom-Budapest, Péter Erdó. Sin embargo, Prevost, quien pasó desapercibido durante las etapas iniciales, emergió como una opción viable para el liderazgo de la Iglesia.
Un Cónclave con Negociaciones Políticas
A pesar de su carácter religioso, el Cónclave es una elección de poder y liderazgo que sigue reglas y códigos de negociación política. Mientras los favoritos lideraban las votaciones iniciales, Prevost logró posicionarse como una alternativa conciliadora, recordando lo sucedido con Francisco en 2013.
En la previa, se hablaba de que Prevost no contaba con el respaldo necesario. Los resultados de las primeras votaciones mostraban a Parolin liderando con aproximadamente 40 votos, mientras que Tagle y Erdó reunían alrededor de 30 votos, aún lejos de los 89 necesarios para la elección. La situación se complicó, ya que cada grupo bloqueaba las posibilidades de los otros.
Se rumorea que tanto Tagle como Parolin habrían mantenido reuniones secretas para frenar el avance conservador y buscar un acuerdo que mantuviera una línea más moderada, continuando la dirección reformista de Francisco.
Prevost, con raíces latinoamericanas y un historial de cercanía a Francisco, fue visto como un puente entre diferentes visiones dentro de la Iglesia. Como prefecto del Dicasterio para los Obispos, se convirtió en un asesor clave para la designación de obispos a nivel global.
La Relación de León XIV con Francisco
Cuatro días antes de que Jorge Bergoglio fuera elegido Papa en 2013, Robert Prevost visitó Argentina y asistió a la ordenación episcopal de Alberto Bochatey como obispo auxiliar en la Catedral de La Plata. Esta visita fue un paso significativo en su camino hacia el liderazgo de la Iglesia Católica.
Monseñor Bochatey, quien mantiene una relación cercana con Prevost, lo describió como un hermano de la orden y destacó su humildad. La cercanía entre Francisco y Prevost fue un factor determinante en su elección, con Francisco confiando en él para desempeñar roles clave en el Vaticano.
La elección de Prevost como León XIV refleja la continuidad del papado de Francisco, pero con un perfil más bajo que busca reconciliar diferentes tradiciones dentro de la Iglesia. Este cambio podría ser crucial para el futuro de la institución y su adaptación a los tiempos modernos.
La Iglesia Católica enfrenta un momento decisivo en su historia, y la elección de Prevost podría marcar el inicio de una nueva era de liderazgo que combina la tradición con la modernidad. ¡Estemos atentos a cómo se desarrollan estos cambios en el Vaticano!
