La economía real y su impacto en las elecciones 2025
La producción de yerba mate se mantiene sólida, con 17 meses consecutivos de aumentos en comparación anual. Sin embargo, ya se notan algunas señales de agotamiento, especialmente porque la base de comparación está cada vez más alta: en agosto, la variación mensual fue negativa. Esto hace que, por más que el sector esté andando bien, haya que estar atentos a las tendencias.
El sector lácteo también sigue en buen camino. En agosto, la producción alcanzó los 1.090.445.698 litros, un número récord que supera en un 18% al mismo mes del año pasado y en 8% al mes anterior. En el acumulado de enero a agosto, el volumen fue un 12% más alto que en 2024. Todo parece indicar que la leche está fluyendo, pero como en otros sectores, hay que mirar con cuidado los detalles.
Hablando de detalles, hay otros sectores que no corren la misma suerte. La producción de carnes, por ejemplo, disminuyó a 270,8 mil toneladas, con una caída de 20 mil toneladas en comparación al mes anterior y de 10 mil frente a agosto de 2024. La venta de vinos también bajó, con una caída interanual de 17,2%, aunque un leve repunte de 2,9% si la comparamos con julio. Las exportaciones en este rubro también sufrieron, con un descenso de 16,5% respecto a agosto del año pasado.
En el caso del trigo, la molienda se vio afectada, registrando una caída interanual de 6,4% debido a una baja en la producción de trigo para pan. Y, para sumar al panorama, la producción de maquinarias agrícolas también cayó, un 12% interanual y un 14% en comparación con el mes anterior, alcanzando el nivel más bajo en los últimos seis meses.
La situación crítica en la industria
Recientemente, la consultora Vectorial lanzó un informe que deja claro que la economía está mostrando signos de deterioro. No parece haber un indicador que traiga buenas noticias a medida que avanza el segundo semestre. Explicaron que la utilización de la capacidad instalada en la industria está en niveles históricamente bajos. Esta situación se ve como un reflejo de un programa económico que, según ellos, no está enfocado en el sector industrial, priorizando más las metas macroeconómicas.
Se mencionó que sectores como la industria automotriz, la alimentaria, y otros, apenas tienen incrementos que no alcanzan a compensar la baja general. En contraste, la refinación de petróleo se destacó con un crecimiento interanual de 4,9% en agosto, aunque se aclara que este sector se comporta de forma aislada, lejos de la realidad de la mayoría de la manufactura.
La economía local parece estar estancada, con pocos avances significativos en comparación con las caídas notables. Spotorno, un economista, señala que la industria necesita cambios estructurales y también más inversiones.
La volatilidad en el tipo de cambio tampoco ayuda. Agustina Monti, economista, comentó que la inestabilidad en el dólar complica los planes de las empresas. “No saber a cuánto va a estar el dólar dificulta cualquier planificación. Muchas industrias dependen de insumos dolarizados”, explicó.
Las pymes enfrentan serios problemas para financiar su capital de trabajo, especialmente con las tasas de interés que están por las nubes. La tasa de interés de préstamos llegó a 190%, un récord desde 2009.
Las señales débiles de la construcción
En cuanto al sector de la construcción, Spotorno observa una recuperación muy lenta. Esto se debe, en parte, al exceso de stock en el sector inmobiliario. Aunque se están vendiendo más propiedades, hay muchos edificios construidos y sin vender, lo que resta incentivos para construir. También el costo de la construcción influye mucho en esta situación.
En agosto, el índice del costo de la construcción en el Gran Buenos Aires subió 3,2%. En comparación anual, la actividad creció solo 0,4% y 0,5% mensual. Las expectativas para el futuro no son las mejores, lo que dificulta aún más la reactivación.
Consumo, comercio e importaciones
El comercio también se siente golpeado. Según Spotorno, esta situación se relaciona con la construcción y la industria, pero también tiene que ver con un cambio en los precios que afecta los gastos de los hogares.
Las ventas minoristas de pymes cayeron 4,2% en septiembre respecto al año pasado y 2% en comparación mensual, aunque todavía están un 5% por encima del acumulado del año anterior. Esta tendencia muestra una trayectoria incierta, que va de crisis a una breve recuperación y luego vuelve a caer.
Mientras tanto, las importaciones están en auge, sobre todo en bienes finales. Esto crea un círculo vicioso: menos producción local significa desempleo y caída de ingresos, lo que reduce la demanda de productos nacionales, generando más interés por las importaciones.