La Corte Suprema de EEUU decide sobre Donald Trump y Argentina
Cuando el 2 de abril, Donald Trump, presidente de Estados Unidos, proclamó el “Día de la Liberación”, puso en marcha un incremento significativo de tarifas sobre productos importados de todo el mundo. Esto lo hizo apoyándose en el Acta de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA) de 1977, alegando que le otorgaba el poder de imponer tarifas de manera unilateral. Una jugada curiosa, considerando que esta ley, creada tras el escándalo de Watergate, buscaba limitar el poder presidencial. El objetivo era regular transacciones internacionales solamente en situaciones de emergencia oficialmente declaradas.
Poco después del anuncio de abril, comenzaron a surgir demandas judiciales de empresas, negocios y varios estados de la Unión. Argumentaban que la “emergencia” era un invento y que, según la Constitución, solo el Congreso tiene la autoridad para modificar impuestos, y esas tarifas eran, en esencia, impuestos.
En agosto, los casos empezaron a llegar a la Corte Suprema. El 9 de septiembre, se decidió tratarlos en un caso consolidado, “Learning Resources, Inc versus Trump” y Trump versus V.O.S. Selectios Inc. La audiencia oral se fijó para el 5 de noviembre, y los escritos se presentaron a partir del 19 de septiembre. Dado que involucra potencialmente ingresos millonarios y el poder del presidente, se espera una resolución hacia mediados de noviembre, antes del receso de la Corte que comienza el 22 de diciembre.
La dinámica en la Corte ha cambiado un poco desde la primera presidencia de Trump. En ese momento, se emitieron más fallos en contra del Ejecutivo; ahora, parece que el tribunal le da más respaldo en ciertos temas. Aunque la mayoría de los jueces son considerados “conservadores” y tres de ellos fueron designados por él, las tarifas plantean un dilema legal que no es sencillo de resolver.
La llamada “Doctrina de las Cuestiones Mayores” se menciona, indicando que el Ejecutivo no debería invocar poderes especiales basándose en resoluciones menores. Esto podría llevar a que la Corte bloquee las acciones de Trump, ya que como defensores del libre comercio, es posible que consideren su política tarifaria como demasiado intervencionista.
Durante la audiencia, algunos jueces mostraron dudas abiertamente. Neil Gorsuch cuestionó severamente la idea de que el Congreso podía delegar poder al presidente. Brett Kavanaugh remarcó que Trump está utilizando una ley de tiempos de guerra en tiempos de paz para aplicar tarifas. Amy Coney Barrett también exigió explicaciones sobre la necesidad de estas tarifas para abordar “una amenaza extraordinaria”. El presidente de la Corte, John Roberts, resaltó que “las tarifas son una forma de impuesto” y que eso siempre ha sido competencia del Congreso.
La audiencia, que debía durar 80 minutos, se extendió a casi tres horas, y los pronósticos que indicaban una posibilidad del 40% de que Trump ganara, ahora parecen estar más cerca del 30%.
Analizando el escenario, es evidente que no todo es blanco o negro. La Corte podría optar por una solución intermedia, tal vez permitiendo algunas tarifas, sobre todo en relación al fentanilo. También podrían decidir sobre el IEEPA, pero permitirle al presidente usar poderes que el Congreso le otorgó en 1974 para imponer cuotas y tarifas.
Si bien muchos incentivos son inciertos, los abogados del Gobierno insistieron que estas tarifas son regulatorias y no tienen la intención de generar ingresos, pero la credibilidad de este argumento estaba en juego. Hasta ahora, la política tarifaria de Trump ha recaudado cifras considerables, pero una decisión adversa podría acarrear pérdidas enormes para el gobierno y comprometer su imagen internacional.
Por su parte, Trump ha seguido sumando ruido al agregar tarifas a productos canadienses, levantando más preguntas sobre la “emergencia” que lo justifica. A pesar de todo, parece que logrará continuar con su política tarifaria, pero el costo personal podría ser significativo.
Para nosotros los argentinos, quizás lo ideal sería que la Corte le pida al gobierno estadounidense que elimine estas tarifas. Pero esto podría debilitar el poder del presidente estadounidense, algo que tampoco sería favorable para nuestro propio gobierno. Mientras tanto, seguimos pendientes de cómo se desarrollan los acontecimientos.