La CGT y senadores peronistas se reúnen para planificar resistencia

Mientras se inicia un debate que promete ser breve y, al parecer, favorable al oficialismo en Diputados, la oposición se prepara para la discusión que llegará al Senado sobre la reforma laboral. Este es un tema delicado, ya que muchos ven en esta reforma una amenaza a la negociación sindical, un pilar histórico del peronismo.

A raíz de esto, los 28 senadores vinculados al Partido Justicialista se reunieron con representantes de la Confederación General del Trabajo (CGT). El objetivo de este encuentro fue coordinar esfuerzos para enfrentar la reforma. Los líderes sindicales, como Gerardo Martínez, dejaron claro que no hay comunicación con el Gobierno en este momento, lo cual contrasta con la versión que se da desde la Casa Rosada.

Dentro de esa premisa, uno de los senadores mencionó que las reuniones del Consejo de Mayo no condujeron a ningún acuerdo. La CGT está abierta a negociar con los gobernadores, que también están en tratativas con la Nación. La idea es conseguir los votos necesarios; se habla de nueve votos que podrían ser claves y que provendrían de varias provincias como Córdoba, Salta y Chubut. Sin embargo, esos apoyos no vendrían de la oposición radical ni del PRO.

Los senadores del bloque peronista están confiados en su capacidad para negociar. El objetivo principal de este mes es evitar un tratamiento exprés de la reforma laboral en el Senado, donde el oficialismo tiene menor influencia. Para esto, Victoria Villarruel ya comenzó a formar comisiones que se ocupen de los temas prioritarios, como el Presupuesto y la reforma laboral. También se discutirán modificaciones al Código Penal y a la Ley de Glaciares, pero estos no serán tan urgentes.

El tiempo juega a favor del justicialismo: quedan solo tres semanas para finalizar esta primera etapa de sesiones extraordinarias, y hay cuatro feriados en medio. Durante este periodo, buscarán hacer una evaluación rigurosa de la reforma, cuyo contenido todavía no se ha divulgado oficialmente. Aunque por ahora se descarta un paro general de la CGT, existe consenso en que sin movilización, la posibilidad de que la reforma pase rápidamente es más alta.

Para complementar su estrategia, el bloque parlamentario busca generar respaldo social a través de “campañas de concientización”. Quieren dejar claro que “esta reforma no es para contratar más personas, sino para que las empresas puedan despedir más fácil”. Además, intentarán intermediar con los nueve senadores que podrían desbloquear la mayoría necesaria. Ofrecen a los “representantes del centro” participar en la creación de un texto laboral alternativo, pero para eso, tendrán que esperar a las sesiones ordinarias en marzo. Si para ese momento no se ha sancionado la reforma, habrán logrado un objetivo importante.

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