La CGT convoca a su Consejo Directivo por reforma laboral

La Confederación General del Trabajo (CGT) convocó este jueves al mediodía a su consejo directivo para fijar una posición unificada sobre la reforma laboral que el Gobierno planea incluir en el paquete de sesiones extraordinarias. La cita se dará en la histórica sede de Azopardo, donde los líderes de la CGT, Jorge Sola, Cristian Jerónimo y Octavio Arguello, llamaron a sus compañeros a discutir el avance oficial.

El clima no es el mejor para esta reunión. Según fuentes sindicales, el bloque mayoritario de la CGT se opone abiertamente al borrador que el Ejecutivo ha estado trabajando en las últimas semanas. La situación se tensó aún más después de que Gerardo Martínez, jefe de la UOCRA, faltara a la última reunión del Consejo de Mayo, donde se presentaron las primeras conclusiones de la propuesta del Gobierno.

Cristian Jerónimo dejó en claro que la iniciativa oficial “es regresiva” y que no hay voluntad de establecer un espacio de negociación real. El dirigente del Sindicato del Vidrio afirmó que, sin una mesa formal de discusión que incluya a todos los sindicatos, la CGT no apoyará ningún cambio que implique retroceso de derechos ya adquiridos. Esta posición anticipa el tono de lo que se discutirá este jueves.

Mientras tanto, los legisladores nacionales del peronismo se reunieron con dirigentes de la CGT para analizar no solo la reforma laboral, sino también la situación de los trabajadores de la industria del citrus y del sector avícola en Entre Ríos. Entre los participantes estaban Guillermo Michel, Gustavo Bordet y Blanca Osuna, quienes se acercaron a la sede del Sindicato de Empleados de la Industria del Vidrio.

En la reunión, también intercambiaron ideas sobre el impacto que los gastos fijos tienen en el poder adquisitivo de los salarios. Como Michel mencionó, “una reforma laboral por sí sola no crea empleo; para generar puestos de trabajo, se necesita un crecimiento económico sostenido que proteja al sector industrial”.

En el marco de estas conversaciones, Cristian Jerónimo y otros dirigentes resaltaron la importancia de revisar los costos tributarios asociados con el empleo registrado. El objetivo sería proponer una reforma que amplíe derechos y fomente el crecimiento, sin dejar de lado la adaptación a nuevas formas laborales.

Mientras todo esto ocurre, la cúpula de la CGT fue invitada al Congreso por el bloque de senadores del PJ. Buscan analizar el contenido de la reforma laboral y recoger el diagnóstico sindical antes de que el proyecto llegue a la Cámara alta. Esta convocatoria agrega presión sobre el Gobierno, que aún no ha definido cuándo hará público el texto definitivo.

En las oficinas oficiales, la incertidumbre es palpable. Desde la Casa Rosada, admitieron que la presentación de la reforma laboral se retrasa más de lo planeado. Dicen que están revisando artículos sensibles y evaluando el impacto político de cada modificación, un proceso que se ha alargado más de lo esperado. Estos retrasos ya provocaron reacciones de impaciencia en la CGT, que sigue de cerca cada movimiento del Ejecutivo.

El día de hoy, con la reunión en Azopardo y la visita al Congreso, se perfila como un punto clave. La CGT busca organizar su estrategia frente a un proyecto que, afirman, no se discutió adecuadamente con quienes representan a los trabajadores. Al mismo tiempo, el Gobierno intenta calibrar el anuncio mientras enfrenta el riesgo de que la tensión sindical se intensifique antes de que comience el debate legislativo.

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