La cadena minorista que vende más de 100 locales por deudas

La economía de Estados Unidos está atravesando momentos complicados, y esto ha generado fuertes tensiones financieras que afectan tanto a industrias cruciales como a empresas que, a priori, parecen inquebrantables. Es un escenario desafiante, donde incluso las corporaciones más robustas se están viendo obligadas a implementar cambios drásticos para mantenerse a flote.

En medio de esta tempestad económica, algunas tiendas emblemáticas del país, que han estado en el centro del comercio durante décadas, no han logrado escapar de la crisis. Las transformaciones en los hábitos de consumo, sumadas a deudas acumuladas, han llevado a muchas de estas marcas históricas a reestructurarse y, en algunos casos, a vender activos valiosos para sobrevivir. Un claro ejemplo es el caso de JCPenney.

Números rojos: qué pasó con JCPenney

JCPenney es un ícono del comercio estadounidense. Fundada en 1902 por James Cash Penney, la compañía se convirtió con el tiempo en un referente en los centros comerciales de todo el país. Durante gran parte del siglo XX, era sinónimo de moda y artículos accesibles para el público, lo que la consolidó como un pilar para miles de familias.

Su modelo de negocio, que inicialmente se centraba en la venta por catálogo y luego en una amplia red de tiendas físicas, le permitió alcanzar su apogeo. Sin embargo, a medida que el panorama del comercio fue cambiando, JCPenney empezó a enfrentar problemas serios. La llegada del comercio electrónico a fines del siglo XX y principios del XXI complicó aún más su situación. La tienda no supo adaptarse a la rapidez y comodidad de las compras en línea, quedando rezagada ante competidores como Amazon.

Vendidas por mil millones de dólares

La caída de JCPenney se acentuó también por decisiones internas que no lograron conectar con el público. La acumulación de deudas, junto con la disminución constante de las ventas, llevó a la minorista a una crisis insostenible. La situación se agravó con la pandemia de 2020, que forzó el cierre temporal de tiendas y marcó un punto de quiebre que los llevó a declararse en bancarrota.

Ya en mayo de 2020, la empresa inició un proceso complicado de reestructuración y venta de activos. Para continuar operando, fue adquirida por un consorcio que incluye a las firmas Simon Property Group y Brookfield Asset Management. Esta adquisición, por un monto cercano a mil millones de dólares, representó un nuevo inicio para JCPenney, que anhelaba salir de la bancarrota manteniendo parte de su operación.

En este proceso, la nueva dirección también decidió vender más de 100 propiedades inmobiliarias de valor significativo para inyectar liquidez a la empresa y reducir sus deudas. Estas decisiones buscan asegurar la continuidad de JCPenney, aunque en una escala más pequeña y ajustada a los nuevos tiempos.

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