La 75 Berlinale, que concluyó el sábado, dejó una huella significativa en el mundo del cine. Durante diez días, este festival emblemático se desarrolló en una ciudad profundamente ligada a la historia cinematográfica. Este año coincide con el centenario del expresionismo alemán, una corriente que ha dejado un impacto visual perdurable. La nueva versión de Nosferatu, dirigida por Robert Eggers, es solo un ejemplo de cómo el legado de F.W. Murnau sigue vivo en el cine contemporáneo.
Berlín ofrece la oportunidad de visitar los históricos estudios de la UFA, donde se filmaron clásicos de directores como Lubitsch y Murnau. Hoy, estos estudios, conocidos como Babelsberg, continúan siendo un centro de producción cinematográfica, utilizado por cineastas de todo el mundo.
Transformaciones en el Festival
La gestión del nuevo equipo del festival, liderado por Tricia Tuttle, ha buscado innovar en la logística del evento, que ahora se basa completamente en plataformas digitales. Los asistentes deben estar preparados para utilizar sus dispositivos móviles para obtener entradas y acceder a información sobre las proyecciones, un cambio que ha sido tanto un avance como una pérdida de la conexión tradicional que se daba entre los asistentes.
Este formato digital ha facilitado la organización, pero ha disminuido la interacción y el intercambio de opiniones sobre las películas, algo que solía enriquecer la experiencia del festival. Las charlas apasionadas después de las proyecciones han disminuido, dejando un vacío en la camaradería que solía caracterizar estos eventos.
Premios y Reconocimientos
En la ceremonia de entrega de los Osos de Oro y Plata, el film argentino El mensaje, dirigido por Iván Fund, recibió el Premio del Jurado. Este reconocimiento subraya la importancia de las producciones de menor escala que ofrecen un valor estético y humano significativo. Además, el filme brasileño O último azul fue galardonado con el Grand Jury Prize, destacando la calidad del cine autoral que se aprecia en la Berlinale.
Durante la ceremonia, Fund aprovechó la oportunidad para dirigirse al gobierno argentino, expresando su preocupación por la situación del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), que ha recortado su apoyo económico al cine local. Sus palabras resonaron con el público, evidenciando la necesidad de preservar el cine nacional frente a los recortes presupuestarios.
La Relación entre el Estado y el Cine Nacional
El diálogo sobre cómo el estado puede apoyar la producción cinematográfica sin convertirse en un instrumento de propaganda es crucial. El modelo de apoyo al cine varía según el país; mientras que en Europa se han establecido organismos sólidos que garantizan la producción cultural, en Argentina el contexto político a menudo influye en las decisiones sobre cine y arte.
El breve discurso de Iván Fund en Berlín fue una llamada a la acción para mantener viva la cinematografía nacional, resaltando la importancia de un sistema que no solo promueva el cine, sino que también lo proteja. La Berlinale, con su rica historia y su compromiso con el cine de calidad, sigue siendo un faro para los cineastas de todo el mundo.
