Kelly Rutherford, de estrella de Hollywood a crisis financiera

Kelly Rutherford, conocida por su icónico papel en las series “Gossip Girl” y “Melrose Place”, ha demostrado que ser famosa no siempre garantiza estabilidad financiera. A pesar de sus exitosas actuaciones desde los años 80, ha enfrentado serias dificultades económicas que la llevaron al borde de la quiebra.

El inicio de su tormenta financiera se remonta a su divorcio con Daniel Giersch, que solicitó en 2009, poco después de que ella quedara embarazada de su segundo hijo. Esta separación desencadenó una batalla legal por la custodia de sus hijos que le costó una fortuna. Fue un proceso complicado y desgastante.

En 2015, Rutherford se vio obligada a declararse en bancarrota. Su situación era crítica: había acumulado una deuda de 1 millón de dólares únicamente por gastos legales relacionados con la custodia. En ese momento, sus ingresos mensuales eran de solo 12.000 dólares, lo que complicaba aún más su panorama.

El ascenso actoral de Kelly Rutherford

La carrera de Kelly comenzó en 1987 con “Loving”. Luego estuvo en “Generations” desde 1989 hasta 1991 y participó en otros dramas de la televisión, como “Homefront”. Sin embargo, su gran oportunidad llegó en 1996 con “Melrose Place”, donde interpretó a Megan Lewis. Este papel la catapultó a la fama, y siguió brillando en “Gossip Girl” como Lily van der Woodsen desde 2005 hasta 2012.

A pesar de los logros, su vida personal estaba plagada de conflictos. Su divorcio y la lucha por la custodia de sus hijos no solo le causaron problemas emocionales, sino también legales y financieros. Tras varios años de tensión, en 2019, ella comentó que sus hijos estaban en una buena situación, lo que evidenció un rayo de esperanza en medio de tanta adversidad.

Problemas de millones con el padre de sus hijos

Con el tiempo, los problemas financieros de Kelly se hicieron evidentes. En un lapso de apenas un año después de terminar “Gossip Girl”, ya tenía una deuda monumental. Este conflicto no solo afectó su cuenta bancaria, sino también su bienestar emocional.

Para reducir su deuda, se declaró en bancarrota, lo que le permitió reducir esa cifra de 1 millón de dólares a 163 mil. Fue un respiro, pero no sin el costo de años de estrés y complicaciones legales. A pesar de todo, la actriz ha mostrado una gran fortaleza.

Los caminos de la vida pueden ser impredecibles, y Kelly Rutherford ha vivido en carne propia la montaña rusa que supone ser actriz en el ojo público.

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