El exgobernador de Tucumán, José Alperovich, condenado en 2024 a 16 años de prisión por abuso sexual agravado, ha sido beneficiado con prisión domiciliaria tras cumplir un año de detención en el penal de Ezeiza. Esta medida fue dispuesta por el juez Juan Ramos Padilla, quien impuso estrictas condiciones para su ejecución.
La resolución establece que Alperovich cumplirá su arresto en su departamento en Puerto Madero, el mismo lugar mencionado por la denunciante como escenario de los hechos. Para acceder a este beneficio, deberá pagar una caución real de $400 millones y será monitoreado mediante tobillera electrónica.
Condiciones de la Prisión Domiciliaria
El juez Ramos Padilla dejó claro que este beneficio no implica un privilegio, sino que es una herramienta legal que se aplica bajo cumplimiento de ciertos requisitos. Además, estableció una prohibición absoluta de contacto con la víctima y su entorno, y le ordenó abstenerse de emitir declaraciones públicas que pudieran afectarla.
Alperovich fue condenado por múltiples hechos de abuso sexual, incluyendo seis casos de acceso carnal contra su sobrina y excolaboradora, en un contexto de asimetría de poder familiar, político y económico. La sentencia fue apelada, lo que mantiene su situación judicial en revisión.
Contexto del Caso Alperovich
El caso ha sido objeto de controversia, especialmente por las manifestaciones de personas cercanas a Alperovich que han intentado desacreditar la investigación. El juez destacó la conducta procesal de la víctima, describiéndola como ejemplar y guiada por la búsqueda de justicia.
A medida que avanza la revisión judicial, Alperovich permanecerá bajo arresto domiciliario con control electrónico y supervisión judicial permanente, mientras el proceso legal continúa su curso.
Cronología de los Hechos
Los hechos denunciados comenzaron el 14 de diciembre de 2017, cuando Alperovich y la denunciante se trasladaron a Buenos Aires. Según la querella, el exgobernador habría manoseado a la víctima en su departamento, desatando una serie de abusos que se extendieron hasta marzo de 2018.
Los abusos se produjeron en diferentes ocasiones y lugares, incluyendo el uso de vehículos donde Alperovich se encontraba acompañado de la víctima y un chofer. En varias ocasiones, la víctima se sintió incapaz de actuar frente a las agresiones, lo que resalta el clima de asimetría de poder en el que ocurrieron los hechos.
Tras varios intentos de buscar ayuda, la víctima finalmente presentó una denuncia penal en noviembre de 2019. Este caso ha puesto de manifiesto la complejidad y el desafío que enfrentan las víctimas de abuso al buscar justicia en situaciones de poder desiguales.
La situación de Alperovich y los procedimientos judiciales que lo rodean siguen generando debate y atención pública. Se espera que la revisión de su condena y las circunstancias de su prisión domiciliaria continúen siendo objeto de análisis en los próximos meses.
