La reciente reducción de aranceles a las importaciones de ropa, calzado y telas ha generado preocupación en el sector textil. Esta medida, anunciada por el Gobierno, busca reducir la inflación y aumentar la competencia. Sin embargo, expertos advierten que el impacto negativo en el empleo podría ser mucho más significativo que los beneficios esperados.
Según el Ministro de Economía, Luis Caputo, los impuestos a la ropa y el calzado disminuirán del 35% al 20%, y para las telas, de 26% a 18%. En cuanto a los hilados, los aranceles se reducirán a entre 12% y 16%, dependiendo del tipo de producto. Sin embargo, estudios preliminares sugieren que esta política solo podría bajar el Índice de Precios al Consumidor (IPC) en 0,2 puntos porcentuales, mientras que la destrucción de empleos podría alcanzar a casi 50.000 trabajadores.
Impacto en el Empleo y la Inflación
El análisis de Gustavo Ludmer, experto en desarrollo económico, indica que la caída en los precios de las prendas importadas podría ser de un 11,1%. Sin embargo, esta reducción podría no beneficiarse completamente al consumidor, ya que no está garantizado que el ahorro se traslade a los precios finales.
- Empleo en Riesgo: La medida podría resultar en la pérdida de 30.150 empleos en confección y 17.350 en el sector textil, en un contexto donde ya existen aproximadamente 171.000 empleos en confección y 98.300 en textiles.
- Importaciones en Aumento: Se prevé un aumento del 30% en las importaciones de indumentaria para 2025, lo que podría afectar aún más la producción local.
Opiniones de los Expertos
Daniel Rosato, presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA), ha criticado la falta de medidas complementarias que fomenten la competitividad del sector. Resaltó que la apertura económica, si bien puede ser beneficiosa, debe ser implementada de manera gradual y planificada. Además, indicó que los altos costos en dólares representan un desafío significativo para las pequeñas y medianas empresas.
Desde Jidoka, una empresa especializada en comercio exterior, se advierte sobre la necesidad de tomar medidas para proteger la industria local, como la inversión en tecnología y la innovación. Estas acciones son cruciales para garantizar la competitividad frente a las importaciones y preservar los empleos en el sector.
En este escenario, el futuro de la industria textil en el país se presenta incierto. Las decisiones tomadas por el Gobierno, sin un enfoque integral, podrían llevar a una mayor precarización del empleo y afectar la estabilidad del sector. Es fundamental que se dé un debate abierto sobre estas políticas y sus repercusiones para todos los actores involucrados.
