Importante cadena de supermercados declara quiebra

La situación económica en España se ha tornado bastante complicada. La inflación alta y la presión fiscal han mermado el poder adquisitivo de los ciudadanos. A la par, los hábitos de consumo han cambiado, lo que ha llevado a muchas pequeñas cadenas regionales a sufrir. La consecuencia ha sido dura: algunas no han podido sostenerse y han tenido que cerrar.

En este contexto, la cadena de supermercados El Arco, con varias décadas en el mercado, acaba de anunciar su quiebra. Lamentablemente, tendrá que cerrar todas sus sucursales y despedir a alrededor de 100 trabajadores. Este cierre supone una pérdida significativa para la comunidad donde operaba, ya que El Arco siempre se había identificado con el abastecimiento a nivel local.

El destino de El Arco: razones del cierre

El Arco empezó su trayectoria en 1987 en Asturias, enfocándose en productos frescos y estableciendo lazos sólidos con la comunidad. A lo largo de los años, expandieron su red y se unieron a otras marcas, lo que les otorgó mayor presencia en la región. Sin embargo, su tamaño y modelo de negocio, aunque exitosos en su momento, no pudieron competir con las grandes cadenas que cuentan con tecnología logística avanzada y mejores condiciones de negociación.

La compañía, en un intento por salir del apuro, tuvo que vender varias tiendas y su infraestructura logística al Grupo Cuevas para reducir su carga de deudas. A pesar de esos esfuerzos, la situación se volvió insostenible. Los proveedores dejaron de suministrar mercancías, lo que causó una falta de alternativas viables y la imposibilidad de mantener los estantes abastecidos. Así, una vez que se acaben los productos, El Arco cerrará los últimos 30 puntos de venta que le quedan, lamentablemente afectando a los empleados que todavía estaban allí.

Cada cierre de una cadena como El Arco no solo impacta la economía, sino que también entristece a comunidades que han crecido y cambiado con sus tiendas.

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