Implementan modelo Netflix para prevenir muerte súbita
En Argentina, cada año se registran alrededor de 40.000 muertes súbitas, según datos de organizaciones cardiológicas. Esto significa que, aproximadamente, hay un caso por cada mil habitantes. Ante esta preocupante realidad, distintos organismos internacionales y regulaciones locales sugieren e incluso exigen que lugares con alta afluencia de público dispongan, como mínimo, de un desfibrilador automático (DEA). Sin embargo, su alto costo, que puede superar los 2.000 dólares, dificulta la adquisición por parte de muchas organizaciones.
Una empresa nacional, Jotatec, viene trabajando desde hace más de 20 años en el desarrollo y comercialización de equipos médicos de alta tecnología, con un particular enfoque en el área de cardiología. Con sede en Saavedra y presencia en 25 países, han lanzado un modelo de suscripción que pretende abordar de manera efectiva esta emergencia silenciosa que es la muerte súbita. Este nuevo sistema permite a las organizaciones acceder a un DEA sin la necesidad de realizar una gran inversión inicial, similar a lo que hace una plataforma como Netflix. El servicio incluye capacitación y mantenimiento por una cuota mensual accesible.
Contar con un DEA en lugares con gran concentración de personas, como oficinas, PYMES, clubes, colegios y espacios culturales y deportivos, puede ser un factor crucial para salvar vidas. La efectividad de estos dispositivos depende de la rapidez con la que se actúe; se recomienda tener acceso al equipo dentro de una ventana crítica de 10 minutos. Javier Fernández Cronenbold, cofundador de Jotatec, menciona que su objetivo es facilitar y hacer más económico el acceso a esta herramienta vital.
La muerte súbita resulta en la pérdida repentina de la función cardíaca, respiratoria y cerebral en individuos que, por lo general, parecen sanos. Desde que se inician los síntomas hasta que ocurre el evento, puede pasar cerca de una hora. Si no se actúa con prontitud, esta situación puede culminar en el fallecimiento. Cada minuto que pasa reduce en un 10% la probabilidad de recuperación.
Marcelo Filiberti, del Secretariado de la Red Nacional de RCP y Prevención de Muerte Súbita, recuerda que el 70% de estas muertes ocurre fuera del entorno hospitalario. Es más común de lo que muchos piensan, y la preparación de la población para asistir ante un evento de este tipo —ya sea a través de maniobras de RCP o mediante el uso del DEA— es fundamental.
El RCP, o reanimación cardiopulmonar, es un procedimiento esencial que se realiza cuando una persona ha dejado de respirar o su corazón ha parado. Este proceso combina compresiones torácicas y respiración boca a boca, permitiendo mantener la circulación de sangre oxigenada hasta que se reanude la respiración y los latidos. Por su parte, el DEA es un dispositivo diseñado para analizar el ritmo cardíaco y, si es necesario, administrar una descarga eléctrica para ayudar a restablecer un latido normal. La buena noticia es que estos aparatos son fáciles de usar y están pensados para que cualquier persona, sin necesidad de formación médica previa, pueda utilizarlos en una emergencia.
La combinación de una rápida aplicación de RCP y el uso del DEA puede incrementar hasta en 70% las tasas de recuperación. Las autoridades de salud y organismos estatales fomentan la instalación de al menos un DEA en lugares de alta concurrencia. De hecho, el Decreto 402/2022 del Ministerio de Salud de la Nación establece que en espacios con gran afluencia debe haber al menos un DEA accesible y personal capacitado en RCP. Sin embargo, la falta de control en algunos lugares y la confusión normativa entre provincias y municipios dificultan su implementación efectiva.
Con el creciente interés en capacitar al personal de diversas instituciones en RCP y la adquisición de DEA, se vislumbra un futuro donde tener un desfibrilador en casa podría ser tan habitual como tener un extintor o un sistema de alarma. Esto, como señala Fernández Cronenbold, podría ser una realidad en unos 10 años.