Impacto de los aranceles de Donald Trump en petróleo y soja
La reciente decisión del presidente de EE.UU., Donald Trump, de implementar una nueva ola de aranceles ha desencadenado una caída significativa en los precios del petróleo y de los granos, generando preocupación a nivel global. Este escenario se traduce en una mayor incertidumbre económica, que afecta especialmente a Argentina, un país dependiente de la exportación de productos agrícolas.
Tras el anuncio de los aranceles, el precio del crudo Brent ha caído un 6,6%, situándose en 70,02 dólares por barril, mientras que el West Texas Intermediate (WTI) se ha desplomado un 7,1%, alcanzando los 66,6 dólares. Esta caída se ve exacerbada por la decisión de la OPEP+ de acelerar la eliminación de los recortes de producción en un contexto de creciente volatilidad.

Consecuencias para los agricultores estadounidenses
Los agricultores de EE.UU. se enfrentan a un panorama complicado. Los aranceles amenazan con reducir la demanda internacional de productos esenciales como la soja, el maíz y el trigo. Vance Ehmke, un agricultor de Kansas, expresó que estas tarifas elevan los costos de insumos esenciales, como fertilizantes y maquinaria, mientras deprime los precios de venta de sus cultivos. Esto representa un golpe directo a la viabilidad económica de muchos productores.
El efecto en la economía argentina
La caída de los precios de los granos y del petróleo es particularmente perjudicial para Argentina. La soja y sus derivados constituyen más del 30% de las exportaciones del país y son una fuente clave de ingresos en divisas. Una disminución en el precio de la soja, impulsada por la incertidumbre comercial y las represalias a los aranceles de EE.UU., resultará en menos dólares ingresando al país, lo que complicará la ya delicada situación de las reservas del Banco Central.
En este contexto, el Gobierno argentino necesita fortalecer sus reservas para cumplir con sus compromisos externos y estabilizar el mercado cambiario. Una menor liquidación de productos agrícolas disminuirá la oferta de divisas y podría ejercer presión sobre el tipo de cambio. Además, la caída del petróleo puede afectar la inversión en Vaca Muerta, un proyecto estratégico para aumentar la producción de energía y reducir el déficit comercial en hidrocarburos.
Repercusiones en el comercio internacional
La posibilidad de que grandes compradores de commodities, como China, redirijan su demanda hacia proveedores alternativos como Brasil, también representa un desafío. Kenneth Hartman Jr., presidente de la Asociación Nacional de Productores de Maíz, alertó que si los aranceles perduran, otros países comenzarán a comprarle a Brasil, lo que dificultará la recuperación de los mercados para Argentina.
Este escenario plantea riesgos no solo para los productores estadounidenses y el comercio internacional, sino también para economías emergentes como la argentina, que dependen de la estabilidad de los mercados de materias primas. Con menos dólares provenientes de las exportaciones y una demanda global en declive, la presión sobre el Banco Central y el tipo de cambio podría intensificarse en las próximas semanas, generando nuevas turbulencias en la economía local.
El asesor de inversiones, Gastón Lentini, en un mensaje a sus clientes, destacó que aunque las acciones locales cayeron alrededor del 3% en EE.UU., la economía argentina se mantiene relativamente aislada de estos conflictos comerciales, actuando como un escudo ante la volatilidad global. La renta fija se presenta como una excelente alternativa, mientras que en renta variable se buscarán puntos de entrada estratégicos.
La situación actual requiere un seguimiento cercano, ya que los efectos de estos aranceles pueden extenderse y alterar el equilibrio de los mercados internacionales, afectando a productores y economías en el proceso.