Grassi gana y solicita la homologación
El grupo rosarino Grassi ha dado un paso significativo en la competencia por el control de Vicentin, una de las empresas más emblemáticas del sector agroindustrial argentino. Hoy, informaron al juez Fabián Lorenzini que han logrado las mayorías necesarias, superando el 70% de los acreedores y el 80% del capital verificado. Esto les permite solicitar la homologación del acuerdo preventivo y la adjudicación de las acciones de la compañía, que hasta ahora estaba bajo administración judicial.
La solicitud formal fue presentada por el abogado Guillermo Casanova en el Juzgado Civil y Comercial de Reconquista, donde se ha llevado a cabo el concurso desde 2020. En su presentación, Grassi instó al juez a declarar “la existencia del acuerdo” y permitir la transferencia automática del capital accionario sin trámites adicionales.
Desde que Vicentin entró en default en diciembre de 2019, con deudas que superan los 1.500 millones de dólares y más de 1.700 acreedores, ha sido un tema candente en el ámbito agroindustrial. La situación ha generado gran atención y ahora Grassi se perfila como un posible salvador de la compañía.
Fuentes involucradas en el proceso comentaron que el apoyo recibido por Grassi fue “contundente”. Al conseguir estas mayorías, la definición queda prácticamente protegida contra posibles impugnaciones, dejando entrever un camino más claro hacia el futuro de la empresa.
Grassi pide homologación y se prepara para asumir el control
Por su parte, el grupo emitió un comunicado expresando su agradecimiento a la mayoría de los acreedores que apoyaron la propuesta para recuperar Vicentin, una compañía clave para el sector agroindustrial argentino. La propuesta de Grassi se basa en un modelo asociativo y busca reactivar las operaciones de Vicentin y volver a establecer relaciones con productores y cooperativas.
Este plan incluye la recompra de granos a un precio superior para los acreedores que decidan colaborar con la nueva empresa, así como un esquema de recuperación total para los acreedores financieros que participen en la prefinanciación de exportaciones.
En el bando contrario, un consorcio formado por Molinos Agro y Louis Dreyfus Company (LDC) había propuesto una contraoferta con pagos segmentados y la opción de convertir deuda en acciones preferidas. Sin embargo, Grassi logró aventajarlos, siendo incluso el juez Lorenzini quien instruyó a ambas compañías a eliminar cualquier mecanismo que pudiera confundir a los acreedores en su decisión de apoyo hacia Grassi.
Con las mayorías obtenidas, el expediente avanzará hacia una etapa de recuento final y homologación judicial. Si el juez valida el acuerdo, Grassi podrá llevar a cabo su plan de salvataje y tomar las riendas de Vicentin, cerrando así un tumultuoso ciclo de litigios y caídas en la competitividad.
El directorio de Grassi ha manifestado su confianza en el compromiso adquirido, reconociendo la importancia de esta nueva etapa para Vicentin. Esto marca un cambio significativo, ya que la firma regresa a manos argentinas, con un operador privado vinculado al sector agroexportador argentino, abriendo un nuevo capítulo en la historia de una compañía que ha sido un símbolo del agro santafesino y del comercio exterior del país.