Gobierno de Brasil y Río se reúnen por operación antidrogas

El gobierno de Brasil convocó a una reunión de emergencia con las autoridades de Río de Janeiro tras la operación policial “Contención”, que resultó en al menos 64 muertos y 81 detenidos. Este operativo ha sido considerado uno de los más letales en la historia de la ciudad, provocando un intenso debate entre el gobierno federal y el estatal.

Los ministros Rui Costa (Casa Civil) y Ricardo Lewandowski (Justicia y Seguridad Pública) se reunirán este miércoles con el gobernador Cláudio Castro para discutir las repercusiones de este operativo. La acción, que tuvo lugar en las favelas de Alemão y Penha, implicó a 2.500 efectivos y generó una ola de violencia que paralizó gran parte de la ciudad.

Durante los enfrentamientos, más de 50 autobuses fueron incendiados o usados como barricadas. El metro quedó colapsado y muchas escuelas suspendieron las clases. Este caos llevó a la intervención del gobierno federal, liderado por Luiz Inácio Lula da Silva, quien aclaró que no se consultó ni solicitó apoyo para llevar a cabo la operación.

En un video divulgado por el gobernador Castro, se observa un dron lanzando un proyectil, lo que fue considerado un acto de narcoterrorismo por el mandatario. La operación, dirigida contra el Comando Vermelho, un influyente grupo narcotraficante, decomisó 72 fusiles y media tonelada de drogas.

La violencia desatada ha generado conmoción tanto en Brasil como en el extranjero. La Oficina de Derechos Humanos de la ONU se mostró “horrorizada” por lo ocurrido y recordó las obligaciones del país bajo las leyes internacionales. Según César Muñoz, de Human Rights Watch, esta operación resultando en más de 60 muertes es una tragedia monumental.

A pesar de este panorama, el Comando Vermelho, uno de los grupos criminales más antiguos de Brasil, se niega a desaparecer. Formado en los años 70 en las cárceles de Río, este grupo comenzó con la misión de defender los derechos de los presos y se transformó en una de las principales fuerzas en el tráfico de drogas y otros delitos. En los años 90, llegó a controlar cerca del 90% de las favelas de la ciudad.

El grupo no actúa solo; mantiene alianzas estratégicas con otras facciones, como el Primer Comando de la Capital (PCC), y simultáneamente compite con grupos rivales. Este entramado de relaciones ha resultado en una violencia extrema, con enfrentamientos que incluyen asesinatos y torturas.

En años recientes, el Comando Vermelho también ha incursionado en el mundo de la tecnología, desarrollando aplicaciones que buscan desplazar las plataformas de transporte legales y garantizar que sus conductores sigan las normas impuestas por las pandillas.

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