Fajense es una adaptación libre del cuento Negro Ortega de Abelardo Castillo, que se presenta los viernes a las 22 en Espacio Callejón. Esta obra combina actuación, música en vivo y coreografía de boxeo, narrando la historia de un boxeador al borde del retiro, simbolizando la lucha y resistencia que enfrenta la sociedad actual.
El autor y director, Maxi Rofrano, destaca que el boxeador en decadencia representa a un ser golpeado que, a pesar de todo, no se rinde. Recibimos un golpe tras otro y pensamos que tenemos una chance más de resistir, afirma Rofrano, reflejando el contexto social que se vive en la actualidad.
Una historia de lucha y resistencia
La obra cuenta con la participación de Agustín Monzón, nieto del famoso boxeador Carlos Monzón, y de un elenco que incluye a Leandro Orellano, Fabián Petroni, Federico Milman, Santiago Maurig y Lorenzo Martelli. Rofrano explica que su interés en la adaptación del cuento surgió en su adolescencia, cuando descubrió la literatura de Castillo, que lo llevó a enamorarse de la lectura por placer.
Este texto me conmovió y decidí llevarlo a escena. La idea de poner a boxear a dos sobre el escenario me pareció fascinante, ya que el pugilismo tiene una belleza particular que se puede relacionar con la vida de un actor, comenta Rofrano.
El fenómeno del boxeo en la cultura contemporánea
Rofrano también reflexiona sobre la popularidad del boxeo en la actualidad, mencionando que se ha revitalizado gracias a influencers y youtubers que promueven el deporte. El boxeo está en el aire; muchos lo practican por diversión y ejercicio. Hay un resurgimiento del boxeo a nivel popular que se relaciona con el contexto social, añade.
En la obra, se abordan temas complejos, como la lucha por cumplir sueños frente a la traición de valores. Aparecen los dramas de la alta competencia, el sacrificio detrás de los deportistas de élite y la presión económica que enfrentan. La dicotomía de hacer las cosas por dinero o por honor está presente en la trama, explica Rofrano.
Coreografía y puesta en escena
La obra incluye una pelea central que ha requerido un año de entrenamiento para los actores. Cuando dominaron la técnica, pasaron a la coreografía, incorporando los detalles del cuento en los movimientos de la pelea. Hay momentos rígidos y otros más libres donde guantean, lo que permite al público disfrutar de un resumen de una pelea, detalla Rofrano.
Además, el director menciona que la obra tiene una estética que recuerda a los años 60, pero con elementos modernos, lo que crea un contraste atractivo para el espectador.
El estado del teatro en la actualidad
Al hablar sobre el estado del teatro en la actualidad, Rofrano resalta la importancia de defender la cultura. El ataque al INT es preocupante, pero veo a los artistas seguir adelante a pesar de las dificultades. Es valiente mantener viva la actividad teatral en Argentina, concluye.
Fajense es más que una obra de teatro; es un reflejo de la lucha humana y un llamado a la resistencia en tiempos difíciles, donde cada golpe cuenta y la esperanza de un nuevo round siempre está presente.
