Marcela Ferradás y Facundo Ramírez protagonizan Paisaje, una obra de Harold Pinter que se presenta en el Centro Cultural de la Cooperación. En esta pieza, un hombre y una mujer, sentados a una mesa, contraponen largos monólogos que revelan sus realidades internas. Según Ramírez, director y actor, la obra es demoledora, ya que a través de las palabras construyen una nueva realidad llena de complejidades emocionales.
La esencia de Paisaje
Ramírez destaca la atmósfera única del universo de Pinter, donde lo cotidiano se ve amenazado por lo que no se dice y por recuerdos distorsionados. Este entorno genera un extrañamiento en el espectador, ya que la realidad se torna cada vez más angustiante. El transcurrir aparentemente normal de lo cotidiano comienza a verse perturbado, explica el director, añadiendo que la obra toca temas como la soledad, la incomunicación y la frustración.
La escenografía, que incluye una mesa de tres metros, simboliza la conexión y a la vez la separación entre los personajes. Es enorme, lo que acentúa su soledad, dice Ramírez, quien ha trabajado en todos los aspectos de la puesta en escena, desde la iluminación hasta la escenografía.
La profundidad de la dramaturgia de Pinter
La obra plantea un matrimonio que, aunque aparentemente dialoga, realmente lanza palabras al vacío. El discurrir de esas palabras es melancólico y abrumador, señala Ramírez. A medida que avanza la trama, se revela que ambos personajes están atrapados en una realidad creada a partir de recuerdos y deseos ocultos, enfrentándose a un abismo de incomunicación.
La obra invita a reflexionar sobre el derrumbe de las relaciones y la corrosión del amor, temas recurrentes en la dramaturgia de Pinter. El final de la obra es solo el comienzo, afirma Ramírez, subrayando que los personajes se encuentran en un presente perpetuo del que no pueden escapar.
El contexto cultural del teatro
Facundo Ramírez reflexiona sobre la situación del teatro y la cultura en el país, destacando que a pesar de los tiempos difíciles, los creadores han demostrado una gran capacidad de resiliencia. Nuestro teatro es una muestra clara de eso, dice, al tiempo que enfatiza la necesidad de un verdadero proyecto cultural para avanzar como sociedad.
Con Paisaje, Ramírez logra captar la esencia de la obra de Pinter, ofreciendo una experiencia teatral que no solo entretiene, sino que también invita a la introspección y la reflexión sobre la condición humana.
