Empresas solicitan a Luis Caputo revisión urgente de la medida
Sigue el debate sobre el trabajo y la política industrial en Argentina. El presidente Javier Milei afirmó que abrir la economía no lleva necesariamente a la pérdida de empleo, pero los números cuentan otra historia. Entre noviembre de 2023 y agosto de 2025, se perdieron 138.573 puestos de trabajo en el sector privado registrado, según el Sistema Integrado Previsional Argentino. Eso no suena para nada bueno, ¿verdad?
El tema de la apertura económica es complicado y requiere un análisis profundo. En un contexto donde muchas políticas comerciales en el mundo están dirigiéndose hacia una mayor protección, encontrar un balance entre cuidar el empleo y ofrecer precios accesibles para los consumidores se vuelve crucial. Esto es especialmente cierto para sectores como el textil, que se ven en el centro de la controversia cada vez que se toca este tema.
Recientemente, salió a la luz un hecho que va más allá del debate actual: Argentina está importando ropa usada. Muchas de estas prendas vienen de Estados Unidos, donde no pueden ser incineradas. Lo que es impactante es que las importaciones aumentaron cuarenta veces en los primeros ocho meses del año. Prendas que son desechadas en otros países llegan casi sin controles de calidad, comercializadas en fardos de entre 25 y 50 kilos.
Según se informó, esta práctica estaba prohibida por varias normativas hasta mediados de 2022. Aunque entre 2022 y 2023 tampoco hubo ingresos de este tipo de mercancías debido a la política de administración del comercio, en 2024 comenzaron a aparecer las primeras entregas y en 2025 se consolidó este fenómeno. Solo en agosto, se importaron prendas de este tipo por un valor de 683 mil dólares.
El reclamo empresario
El impacto de esta situación llevó a los empresarios del sector a reactivar sus voces. Tras la publicación sobre las importaciones, se realizaron varias reuniones y se acordó enviar en los próximos días comunicados al Ministerio de Economía. Quieren que Luis Caputo y su secretario de Comercio, Pablo Lavigne, revisen esta medida que amenaza su producción.
El área textil, junto con confecciones, cuero y calzado, es una de las más perjudicadas por la crisis productiva. Desde noviembre de 2023, se ha registrado una caída del 12% en la ocupación del sector. Uno de los empresarios involucrados señaló la necesidad de “sentido común” y de mantener normas que incluso el anterior gobierno apoyó.
Entre las cámaras que planean hacer presentaciones al Gobierno están la Cámara Argentina de la Industria de la Indumentaria, la fundación Protejer, la Cámara de la Industria del Calzado, y más.
Impacto ambiental
La preocupación no solo recae en lo productivo, el efecto ambiental de importar ropa usada también genera alarmas. Mirando a otros países, como Chile, donde la ropa usada y los excesos de inventario han causado estragos, se torna evidente que esta es una cuestión a considerar. Chile es el cuarto importador mundial de ropa usada, y un gran porcentaje termina en el desierto de Atacama, donde se desecha alrededor del 40% de las prendas que entran al país.
Desde la Cámara de la Indumentaria se advierte que la mayoría de estas prendas son de baja calidad, fabricadas con fibras sintéticas que liberan contaminantes al medio ambiente. Esto perjudica tanto el entorno como las comunidades locales.
Los industriales están al tanto de que la discusión sobre la política comercial es complicada con el actual gobierno. Sin embargo, esperan que en un caso tan crítico se puedan tomar medidas para mitigar el impacto ambiental que esta situación puede acarrear.