El Gobierno debería recortar gastos para cumplir metas fiscales

El Gobierno argentino tiene un reto por delante: ajustar el gasto corriente para cumplir la meta de un superávit primario del 1,5% del PBI en el próximo presupuesto. Este objetivo se complica debido a la baja de recaudación y el aumento en gastos de jubilaciones y salarios.

Hasta agosto, el Palacio de Hacienda había logrado un superávit primario de 1,3% del PBI, lo que indica que va por buen camino, pero aún no es suficiente. Con los datos de septiembre en la mesa, la situación se ha vuelto más incierta, ya que los ingresos han caído considerablemente.

La preocupación principal radica en la caída de la recaudación tributaria, que para septiembre alcanzó un descenso del 9% real. Para mantener el superávit, el Gobierno deberá implementar recortes adicionales en el gasto. En cambio, los ingresos totales también se redujeron, alrededor del 4,6%, mientras que el gasto de la Administración Pública solo disminuyó un 1,8%.

Para alcanzar el 1,5% de superávit, el Gobierno deberá obtener un saldo positivo de 0,05 puntos en promedio cada mes hasta diciembre. Esto significa que la estrategia financiera será crucial en los meses que quedan del año.

El jueves, se anunciará la situación del Sector Público No Financiero (SPNF). Mientras tanto, los analistas señalan que para lograr el superávit del 1,5%, el gasto primario real debería caer un 4% respecto al año anterior, es decir, una tarea complicada.

Además, el gobierno ha introducido rebajas de impuestos este año, como las reducciones temporales en retenciones, que también impactan la recaudación. Aunque se espera un aumento en otros impuestos, como el de la Transferencia de Combustibles, el total de la recaudación sigue sin alcanzar los niveles deseados.

La situación es tensa, y el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) destaca que, con la dinámica actual de gastos, mantener el superávit será una prueba importante para la administración de Javier Milei. La realidad es que muchos gastos están indexados a la inflación, lo que significa que en la práctica no se pueden disminuir fácilmente. Esto añade una capa de dificultad a la planificación fiscal del país.

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