El FMI acelera el apoyo técnico para el swap con DEGs
El equipo económico está en Washington, y la situación es urgente. El ministro Luis Caputo está acelerando las negociaciones para encontrar un esquema financiero que aporte respiro a las reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA). La falta de dólares del Tesoro argentino se siente cada vez más.
Caputo lidera las charlas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Tesoro de Estados Unidos. La idea principal es aprovechar los Derechos Especiales de Giro (DEGs), una herramienta que podría aliviar la escasez inmediata de divisas y, según el Gobierno, ayudaría a estabilizar la economía en medio de la creciente tensión cambiaria.
Ahora, todo apunta a un nuevo programa con el FMI, algo que se anunció recientemente. La clave aquí es que, sin un plan que establezca metas claras para garantizar el repago de un swap de u$s20.000 millones, el salvataje financiero no se concretará.
Una figura que ha cobrado relevancia en estos días es Kristalina Georgieva, la presidenta del FMI. Ayer, destacó dos puntos importantes: primero, espera que este sea el último programa de Argentina con el Fondo. Segundo, se está considerando el uso de los DEGs al estilo de un préstamo que Argentina recibió de Qatar en 2023, donde la Reserva Federal podría convertir estos DEGs en dólares.
El Banco Mundial y el BID también se suman con mayor ayuda. El apoyo es necesario, dado lo crítico de la situación.
Cuenta regresiva para los dólares del Tesoro argentino
A nivel local, la situación es cada vez más complicada. Los dólares en el Tesoro están en niveles críticos, con un desembolso inminente de u$s316 millones a organismos internacionales que acelera el vacío en la caja. Esto hace que sea difícil frenar la escalada del dólar mayorista.
Hay informes de que al Ejecutivo le quedan apenas u$s340 millones para intervenciones de emergencia. Este colchón se evaporará rápidamente. La dependencia de los desembolsos del FMI se vuelve crucial como puente hacia un salvataje mayor. Hoy, siendo el último día hábil antes del feriado, probablemente se cierren las operaciones del Tesoro en el mercado cambiario. Este entrelazado entre la liquidez estadounidense y las condiciones del FMI se presenta como un antídoto ante la caída de reservas y una inflación que, aunque desacelerada, sigue por encima de los dos dígitos mensuales.
Los DEGs, que están respaldados por una canasta de monedas globales, serían vitales para el BCRA. Esto podría ayudar a aliviar el mercado cambiario y evitar las salidas de capital, especialmente con el dólar mayorista buscando superar los $1.486.
Las condiciones del préstamo y el nuevo acuerdo con el FMI
Según se escucha en los pasillos de Washington, el FMI se ha convertido en un guardián esencial en este proceso. El Fondo requiere un rediseño de las obligaciones argentinas, con metas medibles para asegurar la viabilidad de la deuda, que es la más grande en la historia de la organización.
De momento, se está analizando un swap de u$s20.000 millones entre la Reserva Federal estadounidense y el BCRA, utilizando los DEGs. La idea es que la Reserva Federal adquiera directamente estos DEGs para acelerar el flujo de liquidez.
Esta estrategia no solo podría ofrecer ayuda inmediata al mercado cambiario, sino que también alinea los intereses de Estados Unidos, que tiene un peso del 16,5% en el directorio del FMI, lo que implica un poder de veto. Mientras tanto, el BCRA se prepara para intervenir, posiblemente manteniendo el dólar cerca de los $1.500 y utilizando fondos del FMI para estabilizar la situación.
Además, el Tesoro de Estados Unidos está evaluando un enfoque en el mercado de bonos soberanos argentinos, aunque esto no sería inmediato. Esta posibilidad podría ser una solución post-electoral.
El nuevo presidente, Javier Milei, tiene que enfrentar vencimientos que superan los u$s30.000 millones antes de finalizar su mandato. Las conversaciones que mantiene el Gobierno deben equilibrar intereses contrastantes. Para desbloquear los DEGs, será esencial que el Gobierno adopte condiciones estrictas con el FMI, como lograr superávits primarios y optimizar gastos en áreas sensibles como subsidios y asistencia social, que son claves para su esquema de estabilización.
También es fundamental “fortalecer las reservas del BCRA”, un aspecto que el Ejecutivo ha manejado con ciertas concesiones en el acuerdo actual.