El expresidente francés Nicolas Sarkozy inicia su pena de prisión
El exmandatario Nicolás Sarkozy, quien gobernó Francia entre 2007 y 2012, ha comenzado su condena de cinco años de prisión por haber conspirado para recaudar fondos ilegalmente para su campaña electoral utilizando financiamiento del régimen de Libia. A sus 70 años, fue visto saliendo de su casa, acompañado por su esposa, Carla Bruni, mientras un grupo de seguidores lo vitoreaba al grito de “Nicolas, Nicolas” y entonaba La Marsellesa.
Sarkozy llegó a la prisión de La Santé en París en un automóvil, donde será recluido en una unidad de aislamiento. Con esto, se convierte en el primer ex presidente francés que va a prisión desde el marechal Philippe Pétain, luego de la Segunda Guerra Mundial.
El ingreso a prisión
Los momentos previos a su ingreso al penal fueron intensos. Publicó un mensaje en X, en el que se proclamó víctima de una persecución política, afirmando: “No es un expresidente el que está encarcelado esta mañana, es un hombre inocente”. Esta declaración refleja su postura firme ante las acusaciones que enfrenta.
Sarkozy fue condenado por conspirar con sus colaboradores para recibir millones de dólares desde el régimen de Muammar Gaddafi para su campaña presidencial de 2007. Sin embargo, vale la pena señalar que fue absuelto de recibir o utilizar personalmente ese dinero.
Condiciones en prisión
Respecto a su estancia en prisión, Sarkozy tiene un espacio que oscila entre 9 y 12 metros cuadrados. Disfrutará de algunas comodidades como ducha privada, televisión y teléfono fijo. Durante su tiempo en la celda, planea llevar consigo tres libros, entre ellos, El Conde de Montecristo de Alexandre Dumas, que narra la historia de un hombre injustamente encarcelado en busca de venganza.
Repercusiones políticas en Francia
El impacto de esta situación ha resonado en la política francesa. El actual presidente, Emmanuel Macron, quien mantiene una relación cercana con Sarkozy y Bruni, admitió haberse reunido con él antes de su ingreso a prisión. Por su parte, el ministro de Justicia, Gérald Darmanin, anunció su intención de visitarlo, lo que ha generado críticas en sectores de la izquierda, que consideran que esto afecta la independencia judicial.
Este caso también marca un cambio significativo en la forma en que se tratan los delitos de cuello blanco en Francia. Hasta ahora, muchos políticos condenados evitaban la cárcel, pero ahora la justicia busca enviar un mensaje de igualdad ante la ley.
Sarkozy, hijo de inmigrante húngaro, llegó al poder prometiendo modernizar la economía y convertir a Francia en una potencia global. Sin embargo, su legado ahora está empañado, no solo por la crisis financiera de 2008, sino también por esta condena que pone un final abrupto a una de las carreras más influyentes de la política reciente en Francia.