El Edificio de los 680 Ojos: Historia y Misterios del Otto Wulff
En el cruce de Avenida Perú y Belgrano, en el corazón de Monserrat, se alza el enigmático edificio Otto Wulff, inaugurado en 1914. Este edificio, que fue el rascacielos más alto de Buenos Aires durante años, se distingue por su fachada cargada de símbolos y su historia singular, convirtiéndolo en un ícono de la arquitectura urbana.
Diseñado por el arquitecto danés Morten Rönnow, con la dirección técnica de los ingenieros holandeses Pieter Dirks y Willem Dates, la construcción se llevó a cabo entre 1912 y 1914. Desde su inicio, el edificio fue concebido como un espacio de oficinas, desmitificando la creencia de que había sido diseñado como sede de la embajada del Imperio Austrohúngaro.

Un Mito Desmentido
Durante años, se rumoreó que el edificio era la embajada del Imperio Austrohúngaro, pero esta versión fue desmentida por el investigador Iván Malesani. La confusión surgió debido a las cúpulas del edificio, que presentan elementos simbólicos relacionados con la corona imperial. Sin embargo, el verdadero promotor fue el empresario alemán Otto Wulff, quien se dedicó a la explotación forestal y al comercio de materiales de construcción.
La Construcción y su Estilo
El edificio fue construido con hormigón armado, una tecnología avanzada para la época. Su diseño combina elementos del Jugendstil, el art déco, el gótico y lo funcional moderno. La fachada es particularmente notable por sus 680 ojos esculpidos, que representan un bestiario que incluye cóndores, serpientes y figuras mitológicas, creando una narrativa visual que invita a la interpretación.
Aspectos Arquitectónicos y Simbólicos
Con un total de 12 pisos y 72 metros de altura, el edificio se articula en dos cuerpos: uno frontal y otro interior que alberga los servicios. Las plantas son amplias, con una estructura que permite una distribución eficiente de los espacios. La fachada, revestida con un revoque símil piedra París, simula una obra tallada, reforzando su efecto escultórico.
La restauración del Otto Wulff, que concluyó recientemente, recuperó su esplendor original, con la restauración de las ocho esculturas que sostienen el basamento. Este proceso no solo preservó su valor estético, sino que también destacó la importancia de su simbología, que incluye referencias a mitologías y tradiciones esotéricas.
Actualidad y Mercado Inmobiliario
Hoy en día, el edificio alberga 56 oficinas distribuidas en 12 pisos, con un total de 2.845 m² funcionales. Los precios de alquiler oscilan entre u$s8 y u$s10 por metro cuadrado, lo que lo convierte en una opción atractiva para empresas y profesionales. La demanda por espacios en este emblemático edificio es alta, y las unidades disponibles son escasas, lo que refleja su valor en el mercado inmobiliario corporativo.
La historia del Otto Wulff no solo es un relato arquitectónico, sino también una ventana a la rica herencia cultural de Buenos Aires. Su diseño audaz y su simbolismo continúan fascinando a quienes lo visitan, revelando un legado que va más allá de su apariencia. Como concluyó Fernando Lorenzi, el misterio del Otto Wulff no radica solo en lo que se ve, sino en lo que aún está por descubrirse.