El Congreso discute el presupuesto 2026 con oposición dividida

La reunión de la Comisión de Presupuesto y Hacienda en la Cámara de Diputados este martes es crucial para la oposición. Este encuentro, encabezado por Bertie Benegas Lynch, se perfila como un verdadero termómetro del poder tras la reciente victoria del gobierno en las elecciones del 26 de octubre. Todos los ojos están puestos en cómo podrá la oposición reestructurarse y organizarse ante este nuevo escenario.

Aunque durante el año la oposición logró algunas victorias, ahora se encuentra en una etapa de reflexión, buscando clarificar su estrategia. A partir del mediodía, los diputados se enfrentarán a la discusión del proyecto de Presupuesto que el Ejecutivo propone para 2026. Esta agenda se convocó con base en un acuerdo aprobado el 8 de octubre, lo que añade más presión a la situación.

El gobierno ya ha dejado claro que está dispuesto a dejar caer la sesión si la oposición no logra reunir los 25 votos necesarios para emitir dictamen. Del mismo modo, podría optar por postergar el debate hasta que se renueven las bancas legislativas. Algunos opositores han admitido que este aplazamiento podría ser una opción, siempre y cuando haya una garantía de que el proyecto se incluirá en las sesiones extraordinarias para su aprobación posterior.

Presupuesto 2026: los números que maneja Diputados

En cuanto a los números, parece que la oposición tiene la ventaja: la comisión cuenta con 22 legisladores del oficialismo frente a 27 de la oposición, según cálculos simples. Sin embargo, el desafío real radica en la cohesión del bloque opositor. Tendrán que decidir si se presentan unidos y hasta dónde están dispuestos a negociar.

Dentro de la mayoría oficialista, se pueden encontrar miembros de diferentes agrupaciones como La Libertad Avanza, Pro y la Unión Cívica Radical. La oposición, en cambio, incluye a Unión por la Patria, la izquierda, entre otros. En reuniones anteriores, el diputado Nicolás Massot, del bloque Encuentro Federal, había propuesto una versión alternativa del dictamen. Esta versión buscaba reducir el superávit proyectado del 1.5% al 0.9% del PBI, aunque su ausencia en las últimas reuniones refleja fisuras en su estrategia.

El gobierno parece mantenerse tranquilo, o al menos lo intenta. Si la oposición no logra avanzar en la comisión, el oficialismo podrá argumentar que el debate queda diferido, lo que le da cierta margen operativo. Pero si la oposición suma los votantes necesarios, el panorama cambiará, mostrando a un oficialismo desafiado públicamente.

Para la oposición, esta situación no es solo un juego numérico, sino un ejercicio de estrategia, legitimidad y discurso. Si no logra presentarse como un bloque coherente, podría quedar en una posición frágil ante la ciudadanía, justo en un momento de renovadas expectativas sobre la gobernabilidad y la responsabilidad fiscal. Si logran articular una postura clara, ganarían aire para el futuro.

El eco de la reciente derrota electoral todavía se siente en todo el ámbito político. Para muchos en la oposición, el Presupuesto 2026 será más que una discusión técnica; será una prueba de fuego que podría definir su futuro político en un entorno donde el oficialismo tiene una ventaja tanto simbólica como práctica.

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