El avance del blockchain enfrenta desafíos educativos globales
Sentado a su derecha, Adrian Keet, uno de los que está detrás de este proyecto, menciona que uno de los temas que están abordando con su tecnología de Blockchain es la acreditación de identidad. Indonesia, con sus 9.000 islas habitadas, presenta un desafío geográfico enorme. El país tiene diversas tradiciones y religiones, por lo que creen que lo más adecuado es almacenar los datos personales de los ciudadanos de forma descentralizada, siempre con el consentimiento previo de cada uno.
Además de ofrecer cursos en línea, la división educativa de Polkadot, que es una organización sin fines de lucro, funciona como una universidad itinerante. Este año, el evento “Governance For New Leadership” se está llevando a cabo en el Hotel Merusaka Nusa Dua de Bali, después de haber pasado por Lucerna, en Suiza.
En noviembre, planean visitar Argentina. “Creemos que será una oportunidad fantástica para toda América Latina, donde la adopción de Blockchain sigue creciendo”, señala Marina Marchesotti, la responsable de negocios de PBA.
La idea de una universidad itinerante se basa en la identificación tanto de Marchesotti como de Pauline Vorms (CEO de PBA) de que hay una gran demanda de conocimiento sobre Blockchain. Durante las comidas, las reuniones informales en cafeterías y las actividades recreativas, se siente que se vive un momento de cambio inminente. La filosofía Web 3 realmente representa un cambio de paradigma en tecnología.
Esta percepción se realza por la llegada de Gavin Wood, cofundador de Ethereum y figura relevante en el ecosistema de Blockchain. Muchos debaten temas interesantes, intercambiando opiniones entre programadores de diversas partes del mundo, como Edoe Cohen, un israelí que trabaja en Silicon Valley.
Cohen está presente en Indonesia para lanzar su aplicación llamada Papaya, diseñada para entregar comida saludable y desarrollada sobre Blockchain. Explica que los ejemplos más conocidos de aplicaciones de delivery se basan en un modelo Web 2, donde las plataformas controlan toda la información y benefician solo a sí mismas. “Los restaurantes y conductores cobran muy poco, pero nadie puede rechazar sus servicios porque dominan la red digital”, agrega.
El emprendedor también destaca un aspecto crucial de la economía de plataformas. “Estas empresas logran su poder gracias a grandes inversiones iniciales de fondos que apuestan a largo plazo. Hacen marketing increíble y, tras años de pérdidas, empiezan a ser rentables, lo que les lleva a ahogar a los demás para recuperar lo invertido. Pero nosotros creemos que si el valor está en la red que conecta restaurantes, conductores y clientes, ese valor debe quedarse en la comunidad. Esa es la esencia de la Web 3. Con un token, cada uno puede operar sin que una parte domine a las demás, lo que reduce comisiones y permite que todos reciban más”.
Cohen asegura que para que la gente adopte una solución, esta debe ser buena, innovadora y realmente resolver un problema. “No se trata de un dilema ético. La gente no usará aplicaciones de Blockchain solo porque son mejores. Fijate en Tesla: no compran un auto eléctrico solo porque es amigable con el ambiente, sino porque es altamente atractivo”.
Pero no podemos olvidar que también es necesaria una buena dosis de educación. Así lo entiende Gavin Wood, quien conversó con un medio local. Al hablar de la reciente aprobación de una ley sobre stablecoins en Estados Unidos, asegura que entiende por qué algunas personas eligen transaccionar con ellas. Es una forma de evitar fricciones en el sistema financiero tradicional, aunque esto se traduce en depender de monedas fiduciarias, lo que puede resultar en bloqueos de cuentas.
“Con las stablecoins uno accede a una cuenta bancaria con una llave criptográfica en lugar de una firma manuscrita. Así que, aunque hay más libertad, no son más libres que el dinero en efectivo”, explica.
Cuando se trata de las criptomonedas estables que no dependen de la fiat, Wood habla de algo distinto: “Esas no pueden ser expropiadas por ningún banco. Pero si alguien usa USDT como una cuenta bancaria mejorada, está bien desde un punto práctico. Pero no está contribuyendo a un mundo mejor”.
Sobre el papel de los gobiernos en América Latina, Wood menciona que generalmente buscan mantener el status quo. “Los políticos tienden a ser tecnofóbicos, temen a lo nuevo. La innovación siempre conlleva riesgos, y no parece que estén dispuestos a impulsar ese tipo de iniciativas”.
Ejemplifica señalando cómo, si hubieran adoptado tecnologías actuales como las de Google hace 20 años, la experiencia de los ciudadanos habría sido increíblemente mejor. “La desconexión que vimos entonces se asemeja a la que existe hoy entre los gobiernos y las tecnologías en el ámbito de Web 3”. Su objetivo, dice, es crear puentes entre la sociedad civil y los gobiernos para facilitar la adopción de tecnologías que pueden parecer arriesgadas, pero que ya han demostrado ser efectivas.