Dólar: qué dato clave mira el mercado para evaluar el éxito del nuevo esquema cambiario
La del 14 de abril de 2025 fue la crónica de una devaluación anunciada. Frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Devaluando Buendía recordó aquella tarde remota del 14 de abril de 2025, cuando su padre lo llevó a leer la reciente crónica que afirmaba: En el caso argentino no hay incertidumbre ni dudas: en abril de 2025 habrá una devaluación del peso, con un incremento del tipo de cambio entre el 10 y el 20 por ciento.
Le sorprendió que no hubiera cálculos que sostuvieran tal aseveración, y reflexionó sobre cómo la matemática a menudo se usa en economía fuera de su ámbito de validez, ignorando la política, las relaciones de poder y las exigencias de organismos transnacionales. Recordó un antiguo artículo que proponía intervenir el gobierno argentino con un equipo de extranjeros que asumiría el control de áreas críticas como el gasto público y la emisión de pesos, sugiriendo que Argentina debía resignar su soberanía durante un periodo determinado.

La administración cambiaria o cepo
Mientras buscaba entender lo que ocurría, leyó que la administración cambiaria o el cepo es, antes que un instrumento de política económica, la manifestación de la relación de la estructura económica argentina con otras economías más productivas. La administración cambiaria es consecuencia de los límites lógicos de la estructura económica argentina. Puede administrarse, intentarse su mejora o superación, pero siempre se parte de esta relación.
Comprendió que, si no se modificaba el perfil productivo y la inserción en la economía mundial, los habitantes de esa nación seguirían condenados a cien años de devaluación.
* Economista UBA-UNDAV.
La situación actual del mercado cambiario resalta la importancia de un cambio estructural que permita a Argentina salir de su ciclo de devaluaciones. Es crucial que se fomente un entorno de confianza y que se aborden las relaciones de poder que influyen en las decisiones económicas. El futuro del país depende de la capacidad para realizar reformas significativas que estabilicen la economía y restauren la confianza de los ciudadanos y los inversores.