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Diálogos de Wall Street: ¿Adónde Lleva la Obsesión de Donald Trump por los Aranceles?

En un ambiente marcado por la turbulencia económica, los mercados de Wall Street se encuentran en una sesión volátil. La guerra arancelaria y las decisiones de Donald Trump están generando un escenario sombrío que inquieta a los inversores. El analista conocido como Gordon Gekko comparte su visión sobre la situación actual.

Periodista: Es el Feliz Día de la Liberación, dice el presidente Trump. Pero lo que menos se ve son caras felices. La Bolsa tuvo un pésimo primer trimestre. El S&P 500 cayó un 5%. Desde que asumió Trump, se hundió un 8%. Y tras su último récord, el 19 de febrero, desde que confirmó que su prédica arancelaria iba en serio, la merma alcanzó un 10.7%. Es la peor corrección desde 2022.

Gordon Gekko: Lo que ocurrió cuando la Fed corría detrás de la inflación con subas incesantes de tasa. Ahora Trump no le puede echar la culpa a nadie. Es su agenda la que alteró el pulso de los mercados. Lo suyo es dominante y arrollador.

Trump, los aranceles y Wall Street, en la mirada del analista que se escuda bajo el seudónimo de Gordon Gekko.

La Realidad de Wall Street

Periodista: Trump supo ser el presidente más pro Bolsa de todos los tiempos, decía Jeremy Siegel, el profesor de Wharton. La suba persistente de Wall Street era su tarjeta personal de presentación. El logro visible que le echaba en cara a cualquier crítico. Trump 2.0 es otra historia.

G.G.: Completamente distinta.

Periodista: ¿Cuál es el Trump verdadero?

G.G.: Estas son sus ideas genuinas. Es la agenda en la que él cree y la que ganó la elección. El primer Trump no se atrevió a empujarla a fondo. Tenía menos poder y era más consciente de su inexperiencia en la gestión de gobierno. Este es un presidente que está de vuelta, que logró la proeza de ser reelegido a pesar de todo, incluso del conato de golpe en el Capitolio. Es un Trump imperial.

Periodista: Con una agenda imperial, también. El expansionismo geográfico es una novedad, que, por cierto, no se sometió a la opinión del votante.

G.G.: Comprar Manhattan, comprar Alaska, no se decidió por el voto popular. Quiere comprar Groenlandia; si lo consigue, sabe que la historia lo avalará. De momento, es más un elemento de presión que otra cosa.

El Impacto de los Aranceles

Periodista: La idea era América Primero, hacer EE.UU. más grande. Los resultados son los opuestos. Más avanza con los aranceles, más se hunde, ¿o no es así?

G.G.: La agenda que quiere aplicar es nociva, aunque sea popular. Debía dosificarla. No exagerar. La herencia que recibió es muy buena. Y la está socavando con mucha rapidez. En su primer mandato, la Bolsa le marcaba los límites; era su dique de contención. Ahora que aprendió que la Bolsa no es la economía real, no teme ir a contramano.

Periodista: Cuando choque de frente.

G.G.: Exactamente. La suba de los aranceles a los autos va a tocar un nervio vivo de los votantes. Todo eso va a subir rápido: precios, costos de leasings, seguros, repuestos, reparaciones. ¿Cómo se seguirá vendiendo el discurso de que los aranceles los pagan los extranjeros? Trump prometió bajar la inflación desde el primer día y lo que está promoviendo es todo lo contrario.

La Incertidumbre en el Mercado

Periodista: ¿Qué se sabe de lo que quiere hacer este miércoles, el Día de la Liberación? Se convirtió en una ensalada de planes.

G.G.: Trump ha dicho cosas muy distintas en distintos días. Su propia gente, off the record, dice no tener en claro qué es lo que el presidente decidirá. Kevin Hassett, el director del Consejo Económico Nacional, admitió que el presidente recibió muchísimo análisis detallado, y estoy seguro de que tomará la decisión correcta.

Periodista: ¿Cómo se sale de este atolladero?

G.G.: Los aranceles son mucho menos dañinos que la incertidumbre que Trump motoriza sin dar respiro. El problema es que la Casa Blanca no termina de definir qué es lo que pretende. Si tuviera una lista completa, estaríamos mejor orientados. La reciprocidad parecía el destino final, pero Trump parece más interesado en un arancel universal, uniforme, aplicable a todos los países.

Periodista: El Washington Post habla de un gravamen del 20%.

G.G.: Esto es una kermesse, con atracciones nuevas cada día. En este marco, no se pueden tomar decisiones importantes. Y ese es el drama. La parálisis que provoca.

Periodista: ¿Por qué Trump no lo advierte?

G.G.: Trump contabiliza las promesas de invertir en EE.UU. como si fueran crecimiento constante. Está fascinado con esas promesas. La incertidumbre le sirve: es su principal mensaje. Va a ser imposible vender en EE.UU. sin tener una base de fabricación local. Si no alcanza con estos aranceles, aplicará otros. Se entusiasma con el sueño de la sustitución de importaciones, sin tener en cuenta los costos y la productividad.

Periodista: Paradójicamente, a la par destruye la confianza del consumidor y de los productores locales, y achica ese gran mercado quizás al punto de empujarlo a una recesión.

G.G.: Aún no lo entiende. No atiende a otra brújula que su instinto. ¿Qué podría salir mal? La caída de la Bolsa del primer trimestre debió haber sido un toque de atención, pero no lo fue.

Rafael Cockell

Administrador, con posgrado en Marketing Digital. Aproximadamente 4 años de experiencia en redacción de contenidos para la web.

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