Deuda Flotante en Argentina: Impacto y Consecuencias
La situación de la deuda flotante en Argentina es un tema crucial que afecta la economía nacional. Actualmente, el Gobierno enfrenta una deuda flotante que asciende a $1,9 billones. En el primer trimestre, se dejaron de pagar gastos por un total de $1,9 billones, lo que indica una disminución de $100.000 millones respecto al cierre de 2024 en términos nominales.
Las estimaciones provienen de la Asociación Argentina del Presupuesto y las Finanzas Públicas (ASAP), y reflejan la diferencia entre el gasto devengado, que se refiere al momento en que se autoriza el gasto, y el gasto pagado, que es cuando se efectúa el pago. Esta deuda flotante representa el 7,5% del gasto total devengado entre enero y marzo, un porcentaje superior al promedio de 2024, que fue del 2,3%.

Partidas con Mayor Deuda Flotante
Las partidas con el mayor nivel de gastos pendientes de pago son los Gastos de Capital y Bienes y Servicios, ambos con un 27,6% del total devengado. En el primer trimestre, el gasto de capital devengado total fue de $352.818 millones, lo que implica una caída real del 14,5% en comparación con el mismo periodo de 2024. En contraste, la Inversión Real Directa alcanzó $177.959 millones, mostrando un incremento real del 40%.
En cuanto a los Bienes y Servicios, se gastaron $477.024 millones, lo que representa una caída real del 1,1%.
Perspectivas Futuras de la Deuda Flotante
A diciembre de 2024, el stock de deuda flotante de la Administración Pública Nacional (APN) alcanzó los $2,07 billones, equivalente al 2,3% del total devengado del periodo. Este nivel es inferior al observado en los dos años anteriores, donde fue del 5,9% en 2022 y del 3,5% en 2023.
A pesar de que el nivel de deuda flotante del primer trimestre está por encima del promedio anual desde 2013, el Gobierno tiene la oportunidad de corregir esta situación en los siguientes trimestres. En términos generales, los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) establecen que la deuda flotante no debe superar el 10% del gasto primario.
Conclusión
La deuda flotante es un indicador crítico de la salud financiera del Gobierno. A medida que se avanza hacia el resto del año, es vital que las autoridades encuentren formas efectivas de manejar y reducir esta deuda. La gestión adecuada de los gastos postergados no solo es esencial para cumplir con los compromisos financieros, sino también para asegurar la confianza de los inversores y la estabilidad económica a largo plazo.
Para seguir informado sobre la evolución de la deuda flotante y su impacto en la economía, comparte este artículo con aquellos interesados en entender mejor esta problemática y sus implicaciones.