Desigualdad y pobreza: radiografía de la clase media argentina en crisis
En la actualidad, contar con un empleo no garantiza un ingreso suficiente que evite caer en la pobreza. La movilidad social ascendente, un ideal nacional, se encuentra en crisis. La clase media argentina ha experimentado una contracción notable, afectada por años de deterioro en los ingresos y una creciente concentración de la riqueza en manos de una pequeña porción de la sociedad.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) ha publicado datos que evidencian el deterioro de las clases medias, diferenciando entre media baja y media alta. Estos indicadores son un termómetro del impacto que la crisis económica ha tenido en el bienestar de la población.

Desigualdad y pobreza en niveles alarmantes
A finales de 2024, la desigualdad, medida a través del coeficiente de Gini, se situó en 0,430, una leve disminución en comparación con 0,435 de 2023. Sin embargo, la pobreza afectó al 38,1% de la población, con un 8,2% en situación de indigencia. Aunque hay un descenso en comparación con el año anterior, los niveles siguen siendo preocupantes.
Las cifras indican que aproximadamente 19,5 millones de personas vivían en condiciones de pobreza a finales de 2023, mientras que este número se redujo a 17,9 millones en el último semestre de 2024. Esta mejora se atribuye en parte a la disminución de la inflación, aunque aún se sitúa en niveles elevados, comparables a los de hace 50 años.
El empleo y su relación con la pobreza
La tasa de desempleo en Argentina ha estado en sus niveles más bajos en tres décadas, cerrando 2024 en 6,4%. Sin embargo, esto no significa que tener un empleo garantice ingresos suficientes para vivir dignamente. La calidad de los trabajos y los salarios son factores críticos que han contribuido al deterioro de la clase media.
El concepto de movilidad social ascendente ha entrado en crisis, especialmente desde 2017. Daniel Schteingart, analista económico, afirma que el porcentaje de la población considerada clase media disminuye a medida que aumenta la pobreza, reflejando una relación inversa que afecta a muchas familias argentinas.
Consumo en declive
El consumo también ha sufrido un fuerte retroceso, cayendo un 18% solo en diciembre de 2024. Esta desaceleración representa uno de los peores años en las últimas dos décadas. Las ventas en supermercados y autoservicios han mostrado una contracción significativa, con caídas notables en productos esenciales como bebidas y artículos de higiene.
Los datos reflejan que el 26% de la población es de clase baja, mientras que solo el 5% se considera de clase alta. Esta distribución revela una creciente concentración de la riqueza y una reducción en la clase media, que actualmente representa solo el 43% de la población.
La narrativa de la movilidad social en crisis
La creencia en la movilidad social ascendente ha sido puesta a prueba, especialmente entre los jóvenes de barrios populares. Una encuesta de Fundar indica que, aunque el 40% de los encuestados todavía se identifica con esta narrativa, muchos expresan dudas sobre su capacidad de ascender socialmente. El acceso limitado a oportunidades ha llevado a una sensación de estancamiento y desesperanza.
En conclusión, la clase media argentina enfrenta una crisis profunda, marcada por la desigualdad y la pobreza. Los desafíos son significativos, pero la comprensión de esta realidad es el primer paso para buscar soluciones efectivas. Explora más sobre esta situación y comparte esta información con otros interesados en el tema, porque el conocimiento es clave para generar cambios positivos en la sociedad.