Desafío electoral y la urgente reconstrucción de puentes

El Gobierno argentino se encuentra en un momento clave, buscando reconstruir lazos con las provincias mientras intensifica su campaña por un cambio radical en todo el país. Por un lado, el ministro del Interior, Lisandro Catalán, intenta acercarse a gobernadores que, hasta hace poco, eran aliados. Por otro, Javier Milei se embarca en una gira por diversas provincias desafiando a esos mismos líderes.

La situación electoral en Buenos Aires se presenta como un desafío crucial. Milei y su equipo buscan revitalizar una campaña que se ha vuelto confusa, marcada por el desgaste de la administración actual y candidatos que no son del todo conocidos por la gente. Para colmo, la creciente tensión obligó al presidente a suspender algunas actividades de campaña en al menos dos de sus paradas.

En este contexto, el Gobierno necesita mostrar fuerza hacia el exterior, especialmente cuando el futuro económico depende en gran medida de la opinión en Washington. Desde allí, se pide mayorías y una apertura para apoyar el ambicioso programa de reformas de Milei, que muchos creen que no puede avanzar con un Congreso mayormente opositor.

Javier Milei y la búsqueda de aliados

Casi un mes atrás, después de sufrir una derrota por 13 puntos ante el peronismo en Buenos Aires, el presidente decidió recuperar el Ministerio del Interior, que él mismo había disuelto en 2024. La idea es volver a acercarse a las provincias. En su momento, se lanzó con gran pompa la formación de una “mesa federal”, que terminó siendo solo una reunión superficial con algunos gobernadores que ya habían hecho acuerdos con Milei en sus regiones. La representación no fue suficiente.

Lisandro Catalán no se detiene ahí. Ha tratado de acercarse nuevamente a viejos aliados como los peronistas Osvaldo Jaldo de Tucumán y Raúl Jalil de Catamarca. Sin embargo, la realidad es que muchos de estos líderes están enfrentados al Gobierno y han optado por adoptar un perfil más opositor de cara a las elecciones del 26 de octubre. “Faltan 20 días para las elecciones, nadie va a correr a buscar a Milei”, afirmaban desde una de las provincias.

Los gobernadores reconocen que es necesario fomentar un diálogo “constructivo”, pero dejan claro que lo harán tras los comicios. Muchos temen una reactivación del kirchnerismo conforme se deteriora la situación de Milei.

Consciente de los problemas que enfrenta su espacio, Javier Milei ha decidido asumir el liderazgo de la campaña. Desde hace días, realiza una intensa agenda que incluye paradas en Ushuaia, Mar del Plata, Paraná y Santa Fe, con planes de visitar también Mendoza y Santa Cruz. Su objetivo: establecer lazos y apoyo en las provincias donde ha logrado acuerdos.

Sin embargo, no se detendrá ahí. Si logra concretar las visitas en Santa Cruz y Corrientes, buscará afianzarse en regiones administradas por el frente Provincias Unidas, que intenta romper la polarización existente entre el peronismo y los violetas. Este grupo se reunirá este jueves en Jujuy, con el radical Carlos Sadir como anfitrión.

Tal como ocurrió en la última encuentro del espacio, celebrado en Puerto Madryn, se espera que los líderes critiquen tanto al Gobierno como al kirchnerismo, intentando allanar el camino hacia 2027. El objetivo inmediato es resguardar los territorios que controlan y fortalecer su presencia.

Los gobernadores que han sido aliados habían acordado no presentar una oposición dura a LLA en sus regiones. Sin embargo, la estrategia de Milei y Menem se impuso, presentando candidaturas propias en todas partes, lo que dejó a Santiago Caputo en una situación complicada.

El propio presidente reconoció que hay jefes provinciales con ideales similares a los suyos, pero que ahora eligen profundizar las diferencias por razones electorales. Aun así, todos creen que el 27 de octubre será un nuevo comienzo, con cada grupo intentando sacar provecho a un escenario que se anticipa diverso: LLA, el peronismo con sus variantes y los espacios provinciales jugarán su propio partido en medio de la fragmentación.

El gobernador Gustavo Sáenz fue uno de los que expresó esta tensión al organizar una guitarreada frente a la Casa Rosada, denunciando la falta de avances en la obra pública. Dijo que tiene “la autoridad moral” para reclamar al Gobierno porque siempre ha estado presente y apoyó el equilibrio fiscal.

Curiosamente, aunque LLA es la única fuerza con un líder nacional claro, el peronismo se encuentra dividido entre jefaturas locales. Por otro lado, la UCR se escinde entre gobernadores que hicieron acuerdos con los violetas y otros que se alinearon con las Provincias Unidas.

Por el momento, el Gobierno no logra recuperar la disposición de los gobernadores a brindar apoyo. Esta misión, que le corresponde a Lisandro Catalán, parece haberse postergado mientras se centra en manejar los problemas emergentes en Buenos Aires.

Y en medio de todo esto, la Cámara de Diputados podría darle un nuevo golpe a Milei si decide rechazar el veto a la ley que establece un nuevo esquema para la redistribución de los Aportes del Tesoro Nacional, iniciativa que beneficia a las 24 provincias.

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