Debut de Diego Santilli en negociaciones del Presupuesto 2026

Este martes, con el eco del triunfo electoral de Javier Milei aún resonando, los diputados de la oposición decidieron no dar marcha atrás y presionaron para firmar el dictamen del Presupuesto 2026. A pesar de que el oficialismo logró un texto mayoritario, queda la incógnita de qué versión será finalmente aprobada. Aquí entra en juego el papel clave de los gobernadores y la habilidad para negociar del nuevo ministro del Interior, Diego Santilli.

Un legislador involucrado en las negociaciones no dudó en señalar que “ningún dictamen camina solo”. La realidad es que las firmas de los integrantes de la comisión de Presupuesto se distribuyeron en cuatro dictámenes diferentes, dejando a todos con la duda de cuál obtendrá más apoyo. La situación es incierta, como lanzar una moneda al aire.

Tras los recientes acontecimientos, La Libertad Avanza pretendía que la firma del dictamen se postergara hasta después del 10 de diciembre, buscando un escenario más favorable con la nueva composición parlamentaria. Cabe recordar que semanas atrás, cuando la proyección de Milei parecía incierta, la oposición exigió que la comisión cerrara el dictamen esta semana para así evitar que el Gobierno prorrogara nuevamente el Presupuesto de 2023.

El oficialismo habría tenido una vía para demorar la firma. Algunos diputados dialoguistas, especialmente de Encuentro Federal y Democracia para Siempre, se mostraron dispuestos a no firmar nada a cambio de que Milei oficializara un decreto para convocar a sesiones extraordinarias, donde el Presupuesto sería parte del temario. No obstante, el decreto no se hizo realidad, y los diputados avanzaron en la firma.

La aparición de Diego Santilli en la comisión, quien fue recibido con aplausos tras su nombramiento, y la foto del Presidente junto a 20 gobernadores no lograron frenar la decisión de la oposición. En una reunión a puertas cerradas el lunes, Santilli prometió que el decreto llegaría, pero eso no fue suficiente.

La oposición, consciente de los errores del pasado, buscó asegurar su posición para evitar que La Libertad Avanza implementara maniobras que impidieran la aprobación del Presupuesto. De esta forma, lograron preparar el terreno para llevar el tema al recinto, con la mira en celebrar una sesión la semana próxima, aunque la realización de esta reunión aún es incierta.

Una de cal y una de arena

El triunfo de la oposición fue parcial. La dispersión de los dictámenes permitió que La Libertad Avanza obtuviera el dictamen de mayoría, mientras que los otros se distribuyeron entre dos de rechazo: uno de Unión por la Patria y otro del FIT.

Por su parte, Encuentro Federal, el MID y Democracia para Siempre redactaron un cuarto dictamen que es, en gran parte, un “copy-paste” del original de la Casa Rosada, pero con algunas modificaciones. Este texto busca mantener el “equilibrio fiscal” que Milei defiende a toda costa, presentando incluso un superávit fiscal del 0,89%.

Entre los puntos importantes, se destacan avales para que las provincias puedan acceder a crédito público y poner en marcha obras que fueron transferidas por la Nación. Además, se incluye un refuerzo para la Educación Superior, la Ley de Bosques, y partidas adicionales para Ciencia y Técnica.

Un detalle que no pasó desapercibido es la llamada “Cláusula Pichetto”, que garantiza que el Ejecutivo no pueda vender bienes del Estado sin la aprobación del Congreso. Este artículo está incluido en el dictamen y responde a las inquietudes de los gobernadores que han pedido cambios al Ejecutivo sin éxito durante casi dos años.

Además, el texto incorpora tres leyes que fueron insistidas por el Congreso: la Ley del Garrahan, la Emergencia en Discapacidad y la de Financiamiento Universitario, que el Gobierno aún no ha implementado.

Los impulsores de este dictamen, entre ellos el diputado Nicolás Massot, esperan que en el proyecto que Milei presentó el 15 de septiembre se integren la mayor cantidad de cambios propuestos por ellos.

El desenlace de esta situación dependerá, en gran medida, de los gobernadores, quienes, a través de sus diputados, podrán negociar detalles del proyecto con la Casa Rosada. Será el debut de Santilli en su nuevo rol, y su capacidad de mediación entre el Ejecutivo, los legisladores y los gobernadores de diversos partidos será clave en este proceso.

Habrá que ver hasta dónde el Gobierno está dispuesto a ceder para romper con la falta de presupuesto. Según algunas voces dentro del ambiente, “los gobernadores están baratos”. Con un par de obras y la autorización para tomar créditos, es probable que, al menos, no se opongan.

En este caldo de negociaciones, Santilli tendrá que equilibrar muchas demandas: satisfacer los deseos de los diputados, cuidar la austeridad que defiende Milei, y, lo más importante, atender las constantes promesas incumplidas a los gobernadores. La ventaja que tiene es que ha estado cerca de ellos, incluso hasta la firma de los dictámenes, lo que podría facilitar su tarea en las semanas venideras.

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