Debaten sobre la permanence de la rebaja de contribuciones a ANSES
El Gobierno aún no tiene claro qué pasará con la reducción del 3% en las contribuciones patronales al Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA). Esta medida es parte del proyecto de reforma laboral y está destinada a financiar los Fondos de Asistencia Laboral (FAL). La duda está en si se mantendrá esa reducción una vez que los FAL alcancen el límite establecido, diseñado para resguardar a las empresas ante juicios por despido.
Por un lado, se da una disputa interna entre la senadora Patricia Bullrich, parte del sector más duro de la reforma, con el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, y el ministro de Economía, Luis Caputo.
El punto se volvió crítico en una reunión que Bullrich tuvo con empresarios del sector siderúrgico en Buenos Aires. Allí, se expusieron los detalles más importantes de la reforma laboral y se mencionó la incertidumbre sobre el futuro de los FAL, que cuyo propósito es ayudar a las empresas en caso de despidos. Bullrich admitió que no está claro qué sucederá una vez que un empresario alcance el tope de cobertura con el FAL.
Es interesante recordar que los FAL se financiarán con esos 3 puntos de las contribuciones patronales a jubilaciones. A primera vista, se presenta como una reducción de “impuestos” al trabajo, pero en realidad, el monto que aporta el empleador se mantiene, solo que el destino del dinero cambia.
Bullrich señaló: “He considerado todos los posibles pasivos que pueden surgir y le pido al Ministerio de Economía que no quiero aportar más dinero. Estamos en discusión sobre si seguir reduciendo ese 3%”. Esto implica que Caputo se resiste a seguir cediendo recursos al sistema jubilatorio una vez que las empresas hayan llenado sus fondos para cubrir las indemnizaciones. Si Caputo prevalece, el dinero volvería al SIPA.
Teniendo en cuenta que el Gobierno busca alcanzar un superávit fiscal del 1,5% para el próximo año según el proyecto de Presupuesto, no habrá mucho margen para recortar gastos. Tendrán que maximizar los ingresos provenientes de la recuperación de actividad económica. Después de dos años de recortes intensos, el esquema se muestra agotado.
Además, Caputo prevé la necesidad de generar financiamiento, tomando en cuenta que la reforma laboral incluye modificaciones fiscales que significan una caída en la recaudación del Impuesto a las Ganancias para empresas y personas, todo por ajustes en alícuotas y el aumento del Mínimo no Imponible.
Reforma laboral, FAL y el costo para el Estado
La reforma laboral que se impulsa bajo el mando de Javier Milei contempla una transferencia multimillonaria de recursos del sistema jubilatorio hacia los FAL, creados para que los empleadores puedan cubrir indemnizaciones por despido. Se calcula que el desvío de fondos desde la Anses hacia las empresas podría rondar los 3.000 millones de dólares.
Estos FAL se implementarán de manera obligatoria, a excepción de los sectores de construcción y servicio doméstico, y se financiarán con el dinero que los empleadores ya destinan al sistema de seguridad social. Pero hay un límite a lo que se puede cubrir, que está definido como la máxima contingencia específica.
Desde la perspectiva de Caputo, estos fondos pueden representar una oportunidad para profundizar el mercado de capitales argentino, ofreciendo una vía alternativa de financiamiento tanto para empresas como para el Gobierno. Es un aspecto que, según él, debe ir al Congreso sin cambios. Este enfoque recuerda a lo que intentó Domingo Cavallo en los ‘90 con las jubilaciones privadas, aunque con poco éxito. Para Caputo, los FAL podrían ser clave para que Argentina reduzca su dependencia de Wall Street al momento de buscar créditos.