De joven millonario a temido asesino serial en su país

El apodo de “Stupid Martin” le llegó a Martin Bryant en su infancia, cuando sus compañeros de escuela se burlaban de él debido a su retraso mental. Esta es la historia de un hombre que, por una serie de circunstancias difíciles, terminó marcado por la tragedia.

Antes de que todo sucediera, Martin era un niño que siempre se sentía fuera de lugar. Nacido el 7 de mayo de 1967 en Lennah Valley, su madre se dio cuenta desde temprano de que él era diferente. La vida no le resultó fácil, y las cosas se complicaron aún más cuando fue víctima de bullying en la escuela. A raíz de estas burlas, comenzó a desarrollar un profundo resentimiento en su interior. Se sentía cada vez más solo, especialmente en las clases especiales, donde tuvo dificultades para conectar con sus compañeros.

A esta historia se le agrega un componente más trágico: el diagnóstico de esquizofrenia. A pesar de sus intentos por tener una vida laboral, fue incapaz de sostener un empleo estable, por lo que terminó recibiendo una pensión por invalidez. La vida le dio un giro inesperado cuando conoció a Helen Harvey, una mujer excéntrica que, a pesar de las dificultades, logró enamorar a Martin. Sin embargo, su felicidad fue efímera, ya que Helen falleció en un accidente de tránsito. Esta pérdida tuvo un impacto devastador en la salud mental de Martin.

Hereda una mansión valorada en un millón de dólares tras la muerte de Helen. En lugar de encontrar estabilidad, esta situación lo llevó a una espiral descendente, con una creciente adicción a la pornografía, la violencia extrema y un particular interés por las armas de fuego. Momentos antes de la Masacre de Port Arthur, que ocurrió el 28 de abril de 1996, comenzó a planear su ataque. Se preparó meticulosamente, incluso comprando armas sin que le pidieran identificación.

Ese día, Port Arthur estaba repleto de gente. Martin se subió a la terraza de una cafetería, donde encendió una cámara para grabar su accionar. En unos minutos, causó la muerte de 20 personas e hirió a 10 más, cruzándose con familias enteras y dejando una estela de terror. Logró huir, refugio en una casa de huéspedes, donde se entregó tras un largo período de espera. Para hacerlo, pidió un paseo en un helicóptero del ejército.

El desenlace no fue menos trágico. A pesar de ser condenado a 35 cadenas perpetuas, con múltiples intentos de suicidio en el transcurso de su condena, se revelaron diagnósticos que indicaron que sufría no solo de esquizofrenia, sino también de Síndrome de Asperger. Su historia es un sombrío recordatorio de cómo las experiencias de vida pueden dejar huellas que marcan para siempre.

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