Cuántas divisas se requieren y cuáles son los riesgos
En medio de la incertidumbre sobre la sostenibilidad del esquema cambiario del dólar y en espera de más claridad sobre la ayuda monetaria de Estados Unidos, el tema de la dolarización ha vuelto a estar en el centro del debate. Algunos economistas creen que es un momento propicio para avanzar en esta dirección, mencionando varios posibles beneficios. Sin embargo, otros argumentan que las condiciones actuales no son las adecuadas en absoluto.
Recientemente, uno de los principales referentes del presidente Javier Milei en su promesa de dolarizar durante la campaña de 2023, Emilio Ocampo, volvió a promover este proyecto de la plataforma libertaria. Ocampo, economista del Centro de Estudios Macroeconómicos de Argentina (CEMA), advirtió que si el Gobierno no avanza hacia la dolarización, podría fracasar como el de Mauricio Macri. Según él, la influencia del lobby bancario fue un factor clave que llevó a Milei a modificar su enfoque tras vencer a Sergio Massa en el balotaje.
Otro defensor notable de la dolarización es Alfredo Romano, presidente de Romano Group. Este magíster en Finanzas, con posturas afines al Gobierno, sostiene que “Argentina no sabe flotar”. Tiene miedo de una posible vuelta del peronismo al poder, y por eso ve la dolarización como una opción robusta que sería difícil de revertir. Cree que el país se encuentra ante una oportunidad histórica para dolarizar a un tipo de cambio oficial de $2.000, lo que consideraría un valor “muy atractivo”. Según su análisis, la inflación en dólares podría estabilizarse en aproximadamente un 5% anual en un año. Elementos como los dólares de Vaca Muerta y las reformas impositivas y laborales jugarían un papel fundamental en el fortalecimiento de este régimen.
Volvió el debate sobre la dolarización: ¿cuántas divisas se necesitan?
Con una visión más escéptica, el economista de Fundar, Emiliano Libman, mencionó que para dolarizar a un tipo de cambio de $2.000, se necesitarían cerca de u$s100.000 millones en reservas netas para cubrir los depósitos. En la actualidad, estas reservas rondan los u$s5.500 millones. Libman acotó que si se logran reunir u$s30.000 millones, se podría rescatar la base monetaria.
Según Libman, el debate que ha resurgido se debe a la insostenibilidad de la política económica y a la posibilidad de que el Tesoro de Estados Unidos aporte los dólares necesarios. Además, un informe de la consultora 1816 destacó que, para dolarizar con “riesgos controlados”, se requieren dos condiciones: primero, que Estados Unidos preste netamente entre u$s40.000 y u$s50.000 millones; segundo, sería ideal contar con una consulta popular no vinculante que respalde la idea, ya que el Congreso podría mostrarse reacio a aprobarla.
Especialistas remarcan los riesgos de una dolarización en Argentina
La Fundación Mediterránea también ha analizado el tema, sosteniendo que “no parece ser una buena idea tener una moneda en común con EEUU” porque Argentina no cumple con las condiciones que establece la teoría de áreas monetarias óptimas. Este trabajo señala que existe una desincronización en los ciclos económicos entre ambos países, además de una integración financiera y laboral muy limitada.
La fundación destacó que, aunque una dolarización podría alinear la inflación local con la de Estados Unidos, hay tres grandes problemas en torno a este plan. Primero, se perdería el señoreaje, es decir, los ingresos que genera el Banco Central al aumentar la demanda de dinero en el país, que en este caso irían a la Reserva Federal de EEUU.
Segundo, la autoridad monetaria local perdería su rol de prestamista de última instancia en situaciones de restricciones de liquidez. Y tercero, la economía no podría amortiguar los shocks externos negativos usando ajustes en el tipo de cambio real. “Al desaparecer el tipo de cambio nominal, el ajuste se vuelve más lento y doloroso, resultando en deflación y sus efectos negativos sobre el empleo”, explicó Maximiliano Gutiérrez de la fundación.
En este contexto, el vicepresidente del Banco Central, Vladimir Werning, comentó que la dolarización “es muy compleja de implementar” y recordó que fue el propio ministro de Economía, Luis Caputo, quien convenció a Milei de explorar un abrigo diferente al inicio de su gestión.