En la isla brasileña de Itamaracá, se ha erigido una notable vivienda conocida como Casa de Sal, construida con más de 8,000 botellas de vidrio recicladas. Este proyecto, impulsado por Edna y María Gabrielly Dantas, surge como respuesta a la problemática de residuos, especialmente de botellas de vidrio, que se acumulan en la región tras las temporadas turísticas.
Edna, madre y educadora socioambiental, se inspiró en su infancia, marcada por la reutilización y la creatividad. Durante la pandemia, ella y su hija María Gabrielly, diseñadora de moda sostenible, decidieron transformar su visión en realidad, creando una casa ecológica que incorpora materiales reciclados como madera reutilizada y tubos de pasta de dientes que se convierten en tejas.
Diseño y Estructura de Casa de Sal
La Casa de Sal cuenta con siete habitaciones, muros de vidrio ensamblados con precisión y tabiques hechos con palets reciclados. El primer cuarto, de 20 metros cuadrados, originalmente funcionaba como taller de costura mientras se daba forma a la vivienda. Durante el proceso de construcción, madre e hija enfrentaron desafíos, incluyendo la falta de un baño convencional y la necesidad de ingenio para adaptarse a las condiciones.
María Gabrielly compartió su experiencia: El primer año y medio fue puro ingenio: sin baño convencional, lavando platos en una palangana. Pero nunca perdimos de vista nuestra visión. Esta resiliencia es especialmente significativa en un país como Brasil, donde más de 5.8 millones de personas viven sin hogar o en condiciones de extrema pobreza, según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística.
Desafíos en la Construcción
Durante la construcción de la casa, Edna y Gabrielly también notaron el machismo presente en la industria de la construcción. Queríamos contratar mano de obra solo para tareas puntuales, pero siempre querían opinar y corregir cómo hacer las cosas, comentó Gabrielly. Este tipo de resistencia ilustra las barreras que enfrentan las mujeres en este sector, especialmente aquellas que desean liderar proyectos innovadores.
Además, las dos mujeres han señalado que, en Brasil, las mujeres negras pueden tardar hasta siete generaciones en poder adquirir una vivienda propia. Esto refleja no solo el machismo, sino también el racismo y las dificultades ambientales que aún persisten en la sociedad brasileña.
Un Legado de Creatividad y Conciencia Ecológica
La Casa de Sal se erige no solo como una vivienda, sino como un símbolo de la creatividad y la resiliencia ante los desafíos ambientales y sociales. Este proyecto demuestra que es posible construir de manera sostenible, utilizando materiales que otros consideran desechos.
Edna y Gabrielly continúan inspirando a otros a través de su trabajo y su compromiso con el medio ambiente, mostrando que la innovación y la sostenibilidad pueden ir de la mano. ¿Te gustaría aprender más sobre proyectos ecológicos como este? Comparte tus pensamientos y mantente al tanto de las iniciativas que marcan la diferencia en el mundo.
