Bolivia retoma relaciones diplomáticas con EEUU tras 17 años
Después de casi 20 años de tensiones, Bolivia ha reanudado sus relaciones diplomáticas con Estados Unidos. Este regreso se oficializó con la asunción del nuevo presidente, Rodrigo Paz, quien se expresó optimista sobre este nuevo capítulo. La noticia se dio a conocer públicamente por el propio mandatario junto al subsecretario de Estado de EE.UU., Cristopher Landau.
Paz, un líder de centroderecha, ha dejado claro que está dispuesto a fortalecer esas relaciones. En declaraciones, mencionó que las relaciones se restablecerán “a nivel de embajadores, como siempre debería de ser”. Este anuncio marca un hito importante, ya que las relaciones se habían roto en 2008, cuando Evo Morales, el entonces presidente, decidió expulsar al embajador estadounidense, acusándolo de conspirar contra su gobierno.
En ese momento, Morales tomó esta decisión en medio de acusaciones de complot por parte de la derecha boliviana. La respuesta de Washington no se hizo esperar, y envió de regreso a su embajador. Ahora, con la llegada de Rodrigo Paz, se abre una nueva puerta a la diplomacia.
Un paso hacia adelante
El subsecretario Landau se mostró igualmente positivo y afirmó que el nuevo presidente ha manifestado su interés por mantener una buena relación con EE.UU. A su vez, expresó que su país está comprometido a establecer un buen vínculo con el gobierno de Paz.
Rodrigo Paz, emocionado por el restablecimiento de la diplomacia, destacó que la presencia de Landau significa “un paso más” en su objetivo de “abrir Bolivia al mundo”. En sus palabras, este es un avance importante y espera que pronto se anuncien nuevos embajadores. Además, enfatizó que cualquier relación con el exterior, ya sea con EE.UU. o con otras naciones, se basará en “la democracia, el desarrollo y los valores humanitarios”.
Movimientos hacia el futuro
El presidente boliviano también viajó recientemente a Washington. Durante su visita, buscó colaborar con entidades multilaterales para asegurar la provisión de combustibles y garantizar la llegada de dólares a la economía boliviana, además de reunirse con representantes de la administración Trump.
Sin duda, este nuevo panorama ofrece un aire de optimismo tanto para Bolivia como para Estados Unidos, alentando un enfoque más pragmático en sus relaciones bilaterales, dejando atrás años de fricción y tensiones.