Alivio temporal para la city, pero persisten las dudas post 26-O

La situación económica de Argentina se vuelve cada vez más interesante a medida que nos acercamos a las elecciones del 26 de octubre. Eric Ritondale, economista jefe de Puente, destacó medidas significativas como el swap de 20.000 millones de dólares y la intervención directa en el mercado cambiario. Estas acciones no solo buscan mejorar la liquidez, sino también aportar credibilidad a las reformas que se están llevando a cabo.

Según Ritondale, el contexto era complicado, con un mercado que empezaba a anticipar tensiones crecientes. La intervención puede funcionar para reanclar las expectativas, lo que podría facilitar un fortalecimiento de los bonos, tanto en moneda extranjera como local. Esto, a su vez, podría moderar las presiones cambiarias justo antes de las elecciones.

El economista Luis Secco también opinó de forma positiva, afirmando que esta señal es poderosa para los mercados. Añadió que podría ayudar a reducir la brecha cambiaria y minimizar riesgos. Con todo este movimiento, se busca evitar una corrida cambiaria en la antesala de los comicios, aliviando el impacto de una semana legislativa no tan favorable y el aumento del ruido sobre casos de corrupción.

Desde la consultora Econviews, señalaron que el swap ayudaría a reforzar las reservas contables y proporcionaría un colchón adicional de dólares en caso de una eventual corrida. También mencionaron la posibilidad de que haya fondos extra para la intervención en el mercado cambiario y que el Tesoro pueda adquirir bonos argentinos. Esta es una combinación que podría resultar muy positiva para el país.

Las bandas cambiarias y su futuro

Secco, en otro momento de su análisis, mencionó que la postura del funcionario Bessent sobre la banda de flotación sigue siendo válida para su propósito. Esto parece descartar, al menos por ahora, cambios drásticos en el régimen cambiario. Por otro lado, los analistas de Econviews notaron que Bessent aprobó las bandas cambiarias, aunque dejó abierta la puerta para un ajuste en el techo.

Mientras tanto, LCG destacó que con la auditoría a cargo del FMI se esperan más controles sobre el gobierno local, lo que puede sugerir que, tras las elecciones, podríamos ver el fin de las bandas cambiarias. Ellos apuntan a un esquema más flexible que favorezca la acumulación de reservas, algo que el FMI ya ha mencionado desde el acuerdo firmado en abril.

Los desafíos que se avecinan para el dólar

Secco advirtió que el nuevo escenario no está exento de riesgos, ya que no garantiza un cambio positivo en el clima político ni asegura una recuperación en la intención de voto. En términos económicos, será crucial observar cómo el éxito inicial podría llevar a seguir defendiendo un tipo de cambio que ya no es sostenible. Como él mismo resumió, “se quema munición escasa y deja el ajuste para después”.

Desde Econviews, reconocen que la clave ahora es conocer los detalles del acuerdo que definirá lo que Argentina tendrá que hacer a cambio del apoyo. La incógnita principal es el rol que desempeñará el FMI en adelante. Aunque el apoyo de Estados Unidos puede brindar un respiro, no soluciona los problemas estructurales.

Este nuevo salvataje es otra chance para repensar el programa y cómo se pueden acumular reservas. Si se utiliza de manera adecuada, podría marcar un giro importante. Pero, si se desperdicia, podría ser la última oportunidad que tengamos.

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