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Alemania ofrece alquileres por u$s1 en villa del siglo XVI

Una jubilada alemana está a punto de vivir una experiencia única, al recibir las llaves de una casa en una antigua residencia de Augsburgo, donde solo deberá pagar 88 céntimos de euro (casi un dólar) para habitarla. Esta comunidad, conocida como Fuggerei, fue fundada en 1521 por el banquero Jacob Fugger con el objetivo de proporcionar alojamiento asequible a personas de bajos recursos.

El alquiler simbólico que se cobra no ha cambiado desde su creación y representa el antiguo canon de un florín renano, equivalente al salario semanal de un artesano en el siglo XVI. Esta tarifa se mantiene como un homenaje a la visión original de su fundador, que buscaba garantizar un hogar a quienes más lo necesitaban.

La mujer vivirá una historia de ensueño en su nueva residencia Foto: Fugger foundations

Requisitos para residir en la Fuggerei

Para ser admitidos en esta comunidad, los solicitantes deben cumplir tres requisitos esenciales: residir en Augsburgo, ser católicos practicantes y encontrarse en situación económica vulnerable. Doris Herzog, trabajadora social encargada de evaluar las solicitudes, explica que este proceso puede demorar entre dos y siete años, dependiendo del tipo de vivienda solicitada.

Angelika, una residente de poco más de 60 años, relata que su vida cambió drásticamente tras un diagnóstico de cáncer a los 55 años, lo que la llevó a solicitar su ingreso a la Fuggerei. Su historia refleja el impacto que esta comunidad puede tener en la vida de quienes atraviesan momentos difíciles.

La experiencia de los residentes

Otro testimonio es el de Martha Jesse, quien se mudó allí hace 17 años. A pesar de haber trabajado durante 45 años, su pensión resultaba insuficiente para cubrir un alquiler convencional. Con 400 euros al mes, vivir fuera de aquí habría sido prácticamente imposible, comenta la mujer de 77 años.

El complejo, con sus casas de fachada amarilla y jardines bien cuidados, parece sacado de un cuento. Reconstruido después de la Segunda Guerra Mundial, mantiene su encanto histórico mientras ofrece un refugio frente a la creciente crisis de vivienda en Alemania. Andreas Tervooren, quien vive en la Fuggerei desde 2017, describe este lugar como una ciudad dentro de la ciudad, que resiste a la especulación inmobiliaria y a los altos precios de alquiler, especialmente en regiones cercanas como Múnich.

El mantenimiento de la Fuggerei es financiado por una fundación que gestiona los ingresos de propiedades y actividades turísticas. Aunque los descendientes de los Fugger aún orientan la gestión, no aportan recursos financieros directos. Aparte del alquiler simbólico, los residentes deben cumplir con una tradición de 500 años: rezar diariamente por el alma de Jacob Fugger y su familia, en señal de gratitud y continuidad espiritual del legado fundacional.

Rafael Cockell

Administrador, con posgrado en Marketing Digital. Aproximadamente 4 años de experiencia en redacción de contenidos para la web.

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