A pesar de las promesas, se desploma la inversión extranjera directa
La situación económica en Argentina ha tomado un giro preocupante. En lugar de atraer más inversión extranjera directa (IED), el país ha registrado una notable salida de capitales. Este cambio de tendencia se refleja en la drástica caída del 54% en la IED durante 2024, pasando de 23.866 millones de dólares en 2023 a apenas 10.996 millones en 2024, según informes del Banco Central de la República Argentina (BCRA) y el INDEC.
Esta disminución se produce a pesar de las promesas del gobierno de implementar un marco económico más estable. Sin embargo, la realidad muestra que la confianza de los inversores se ha deteriorado, afectada por la incertidumbre económica y la inestabilidad política. En el cuarto trimestre de 2024, se registraron egresos netos de 356 millones de dólares, lo que indica una creciente desconfianza hacia el entorno inversor.

Contexto de la Inversión Extranjera Directa
En 2023, Argentina había sido un destino atractivo para la IED en América Latina, impulsada por restricciones cambiarias severas que obligaron a las empresas extranjeras a inyectar capital para mantener sus operaciones locales. Sin embargo, el panorama de 2024 ha cambiado drásticamente, atrapando al país en un ciclo de desinversión. En lugar de capitalizar la situación, la economía se ha visto afectada por una fuga de capitales, especialmente en un contexto global menos favorable.
¿Cómo puede beneficiarte entender estas dinámicas? Conocer el impacto de la IED en la economía nacional es esencial para anticipar cambios en el mercado laboral y en las oportunidades de inversión.
Declive progresivo a lo largo de 2024
El año comenzó con cierta solidez en la IED, pero los flujos se desmoronaron rápidamente. En el primer trimestre, los ingresos netos alcanzaron los 6.572 millones de dólares, aunque con una disminución del 9,77% respecto al trimestre anterior. Sin embargo, el segundo trimestre mostró un descenso más pronunciado, con solo 2.385 millones de dólares en ingresos, un 56% menos que en el mismo periodo de 2023. Para el tercer trimestre, la situación empeoró, con ingresos netos de 2.395 millones de dólares, un 63,7% menos que el año anterior.
El cuarto trimestre consolidó el colapso, con un saldo neto negativo de 356 millones de dólares. Aunque la reinversión de utilidades generó flujos positivos, estos fueron superados por cancelaciones de deuda y salidas por fusiones y adquisiciones. A pesar de los intentos de contrarrestar el impacto, las salidas de capital de Brasil y Suiza inclinaron la balanza.
Flexibilización del cepo cambiario y sus efectos
La flexibilización del cepo cambiario a finales de 2024, aunque necesaria, permitió a las empresas repatriar utilidades acumuladas y saldar deudas, priorizando la salida de capitales sobre nuevas inversiones. Esta situación se ha visto agravada por la inflación persistente y un tipo de cambio volátil que ha debilitado la confianza inversora.
La drástica reducción de la IED es resultado de una combinación de factores internos y externos. La incertidumbre política y económica, sumada a la falta de resultados inmediatos tras la transición gubernamental, ha mantenido a los inversores en un estado de cautela.
Perspectivas para un futuro incierto
A pesar de la caída, el stock de IED alcanzó los 171.537 millones de dólares al cierre del tercer trimestre de 2024, impulsado por sectores resilientes como Vaca Muerta y el litio. Sin embargo, la falta de nuevos proyectos limita el impacto económico. Para 2025, la recuperación dependerá de la implementación efectiva del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), que ya ha atraído varios proyectos en minería y energía, así como de una mayor estabilidad macroeconómica.
Te invitamos a seguir de cerca el desarrollo de la inversión extranjera directa en Argentina y sus implicaciones. Compartir esta información puede ayudar a otros a comprender mejor el contexto económico y a prepararse para las oportunidades y desafíos que se presenten en el futuro.