Autoridades de la UCR: Gustavo Valdés se perfila como favorito
El centenario partido de la Unión Cívica Radical (UCR) se prepara para renovar sus autoridades este viernes, en un momento complicado por la crisis interna provocada por Javier Milei. La situación es tensa, y sin consenso para definir a su nuevo líder, el partido parece estar dividido.
El gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés, ya habría dejado clara su negativa a asumir la presidencia del partido, que actualmente se encuentra en un mar de tensión. La interna radical es una especie de “guerra de guerrillas” entre distintas facciones. Hay quienes se alinean con Alfredo Cornejo y Leandro Zdero, que están más cerca de Milei, y otros, como el grupo que apoya a Carlos Sadir y Maximiliano Pullaro, que prefieren una postura más opositora.
En este panorama, se espera que los 106 delegados nacionales se reúnan el viernes en el Comité de la calle Alsina, en la Ciudad de Buenos Aires. Ahí deberán decidir quién reemplazará a Martín Lousteau, quien no tiene intenciones de continuar. Es interesante notar que casi el 50 por ciento de los delegados se alinean con la facción que apoya a Morales y Evolución, mientras que el grupo de Valdés representa cerca del 30 por ciento y Cornejo controla alrededor del 20 por ciento.
Para que Valdés considere asumir la presidencia, buscaba una unificación interna que, dadas las circunstancias, parece complicada. La situación actual convierte a liderar la UCR en un desafío con más costos que beneficios. El partido está fragmentado y sus gobernadores tienen posturas que varían respecto al actual gobierno.
Una fuente que sigue las negociaciones comentó con ironía que, si Valdés no asume, lo más probable es que el partido termine siendo dirigido por una figura menor, en un rol de “síndico” hasta que se llegue a una tipo de quiebra. El nombre que suena con más fuerza para asumir la presidencia es el de Inés Brizuela y Doria, actual vicepresidenta primera del Comité Nacional de la UCR, o algún líder cercano a Pullaro.
Mientras tanto, el impacto del triunfo de La Libertad Avanza en las elecciones del 26 de octubre ha hecho tambalear al bloque radical, que se ha fragmentado en varias partes. La bancada oficial, antes conducida por Rodrigo De Loredo, se separó nuevamente. Aparecieron nuevos grupos, como Democracia para Siempre, encabezada por Pablo Juliano, y otro bajo el nombre de La Liga del Interior, que son conocidos como los “radicales con peluca” por su afinidad con el presidente.
Durante la presidencia de Lousteau, la división interna se destacó entre quienes buscaban resistir a Milei y aquellos que preferían acompañar sus iniciativas. Estas diferencias se reflejaron tanto en el manejo de los bloques en el Congreso como en las alianzas electorales. Por ejemplo, Zdero y Cornejo se aliaron con los libertarios, mientras que Valdés y otros optaron por formar el frente Provincias Unidas.
Lousteau, quien juró como diputado nacional recientemente, ahora integra las filas de este frente y no del bloque de la UCR, que quedó compuesto por legisladores más cercanos al oficialismo. Valdés, por su parte, no logró unificar todos los sectores dentro del partido. En Corrientes, decidió no aliarse con La Libertad Avanza y volvió a poner en marcha su frente Vamos Corrientes, que a nivel nacional forma parte del sello Provincias Unidas.