Vassalli enfrenta crisis: toma inminente y búsqueda de comprador
La crisis de la emblemática fábrica de cosechadoras Vassalli, situada en Firmat, ha encendido todas las alarmas en la industria metalmecánica y entre los trabajadores del sur santafesino. Esta empresa, que alguna vez fue un ícono del desarrollo industrial del agro argentino, enfrenta hoy un panorama desolador: abandono, sueldos impagos y una inquietante inactividad que genera un creciente malestar entre los obreros. Este clima de tensión podría derivar en medidas drásticas si la situación no mejora.
La situación se volvió aún más crítica en los últimos días. Los hermanos Marsó, actuales dueños de Vassalli, regresaron de forma repentina a la fábrica, retiraron documentación y efectos personales, y se marcharon sin brindar ninguna explicación. Los representantes de la UOM consideraron este movimiento como un “mal síntoma”, sugiriendo que la empresa podría estar preparándose para abandonar sus operaciones. Mientras tanto, la gerencia de Vassalli busca desesperadamente un comprador, opción que el sindicato ve como la única salida viable para evitar el cierre definitivo.
Este conflicto no es del todo nuevo; arrastra varios meses y se intensificó tras la falta de cumplimiento del acuerdo que se firmó en octubre entre la UOM y la familia Marsó. Este pactó había permitido la reapertura parcial de la planta, estableció jornadas reducidas y un plan de pagos en seis cuotas para saldar la deuda salarial. Sin embargo, nada de esto se concretó.
Los trabajadores permanecen dentro de la fábrica, esperando señales de un cambio que nunca llegan. La decisión sobre los próximos pasos, que pueden incluir la toma de la planta, se definirá entre el día de hoy y el resto de la semana. Un dirigente del sindicato compartió: “Es algo espontáneo, porque la gente está agotada. Esto no puede terminar bien, eso lo sabemos”.
Y es que la fábrica no solo está parada; está casi desabastecida. No hay ingreso de motores, chapas, pintura, ni piezas menores, lo que dificulta terminar las máquinas que ya están en proceso de armado.
La venta como única salida y un mercado que se desploma
En este contexto crítico, Vassalli también enfrenta una situación sectorial complicada. En noviembre, la venta de maquinaria agrícola cayó un 13,4% en comparación con el año pasado, con solo 498 unidades vendidas, según datos de ACARA. En relación a octubre, la caída fue del 10,1%, acentuando una tendencia negativa en el segundo semestre.
Los tractores fueron los más afectados, con una disminución del 15,9% interanual y del 6,8% mensual. Las pulverizadoras también sufrieron, mostrando una baja del 24,2% en comparación con octubre. En el caso de las cosechadoras, donde compite Vassalli, las cifras muestran que se vendieron solo 53 unidades, lo que representó una caída del 18,5% mensual, aunque se registró un leve aumento del 6% interanual.
Además, la creciente presión de maquinaria importada y nuevas marcas de bajo costo fragmenta el mercado, dificultando aún más la situación de los fabricantes tradicionales. La opción de importar equipos usados añade más competencia en un ambiente donde la inversión es limitada.
No es la primera vez que Vassalli enfrenta crisis de este tipo. La fábrica ya atravesó momentos similares en 2009 y 2018, cuando estuvo al borde del cierre pero logró recuperarse gracias a la llegada de nuevos inversores. En esas ocasiones, la intervención del sindicato y la activa búsqueda de compradores ayudó a mantener la producción y los puestos de trabajo. Ahora, este escenario parecía repetirse, pero la falta de comunicación con los Marsó complica el panorama.
Sin inyecciones de capital, un plan productivo, ni certezas sobre la continuidad de la empresa, en Firmat la preocupación ya se siente en el aire. Con un mercado en caída, competencia fuerte desde el exterior y el vacío que cada vez más trabajadores denuncian, Vassalli se encuentra en una de las etapas más críticas de su historia, aguardando un inversor que permita evitar el cierre definitivo de la última fábrica de cosechadoras de capital nacional. Un futuro que hoy, desgraciadamente, parece más un sueño que una realidad palpable.