El crecimiento global y los riesgos de sostenibilidad hasta 2026

La UNCTAD (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo) señaló que el crecimiento económico mundial se desacelerará al 2,6% en 2025 y 2026. Esto representa una caída de tres décimas en comparación con 2024. ¿Las razones? Una mezcla de volatilidad financiera, incertidumbre geopolítica y crecientes riesgos climáticos.

En el informe, se destaca que las economías desarrolladas como la de Estados Unidos, que pasará de un crecimiento del 1,8% en 2025 a un 1,5% en 2026, y las economías en desarrollo, como China, que verá su expansión caer del 5% al 4,6%, están sintiendo el impacto. Esta desaceleración afectará la inversión y el comercio global, algo que puede preocuparnos a todos.

Los países en desarrollo enfrentan mayores costos de financiación y fluctuaciones bruscas en los flujos de capital. Además, el cambio climático trae consigo un aumento en los riesgos financieros, lo que agrava aún más la situación. Pensemos en los países más vulnerables, que actualmente están pagando US$20.000 millones adicionales al año en intereses. ¡Una cifra que nos hace reflexionar!

La UNCTAD advierte que esta presión financiera puede profundizar las desigualdades económicas. Es crucial que trabajemos para fortalecer los mercados de capitales regionales y ayudarlos a enfrentar estos desafíos. Después de todo, la desaceleración económica no debería hacerse a costa de quienes ya están más perjudicados.

Desafíos para la Agenda 2030

A pesar de que el crecimiento en las economías en desarrollo se mantendrá en alrededor del 4,3% en 2025 y 4,2% en 2026, la sostenibilidad a largo plazo de este crecimiento enfrenta serios riesgos. La vulnerabilidad climática, la deuda pública elevada y las tensiones geopolíticas, incluyendo guerras comerciales y conflictos, pueden frenar de manera importante el progreso hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

La ONU nos recuerda que, si no se implementan políticas que fomenten la inversión verde, la inclusión social y la estabilidad financiera, el mundo podría entrar en una década de bajo crecimiento y mayor desigualdad.

Las propuestas de la ONU

Ante este panorama incierto, la UNCTAD propone una serie de acciones clave. Primero, hay que fortalecer los mercados de capitales en las economías emergentes. Esto les permitiría depender menos de flujos inestables y mejorar su acceso a financiamiento.

Asimismo, es imperativo reducir la exposición a riesgos climáticos a través de mecanismos de financiamiento accesibles. De esta manera, los países más vulnerables podrán adaptarse a los fenómenos extremos sin comprometer su estabilidad económica.

En este contexto también se menciona la necesidad de reformas fiscales que equilibren el crecimiento con la sostenibilidad ambiental. Es esencial que la deuda pública no se convierta en un lastre.

Finalmente, se enfatiza en la importancia de impulsar la cooperación internacional. Esto es clave para evitar crisis financieras recurrentes y asegurar que los recursos lleguen a quienes más los necesitan.

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