Gremios rechazan reforma laboral y buscan alianzas con pymes
El gesto de Gerardo Martínez, líder de la UOCRA y figura clave de la CGT, decía más que mil palabras al salir de la Casa Rosada. La reunión del Consejo de Mayo no fue el espacio de discusión sobre la reforma laboral que tanto esperaban. Más bien, se trató de una presentación de puntos generales, sin la posibilidad de intercambiar ideas. Y ante esta falta de diálogo, los sindicatos están buscando alinearse con pequeñas y medianas empresas, enviando un claro mensaje: “Si no nos escuchan, iremos a la confrontación”.
Desde hace ya un tiempo, el Gobierno juega al misterio con la reforma laboral, dejando a los sindicatos en un limbo, sin saber cómo participar en una conversación en la que no son llamados, pero que, sin embargo, los afecta directamente. Sus reiterados pedidos de reuniones, tanto en público como en privado, parecen caer en oídos sordos.
La última cita del Consejo de Mayo fue un claro reflejo de esta frustrante situación. Martínez llegó con esperanzas de abrir un diálogo, pero se fue decepcionado. Apenas pudo expresar el desacuerdo de la CGT con los puntos que enumeró el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, un funcionario conocido por no tener buena relación con los gremios.
Lo que se comenta entre los cercanos a Martínez es que no salió “caliente” de la reunión, pero la foto oficial sugiere lo contrario: él es el único que no sonríe. Se le ve serio, apartado y casi incómodo.
Al salir, Martínez ofreció pocos detalles, pero suficientes para dejar entrever su desánimo. Afirmó: “No estamos de acuerdo con los objetivos que plantea Federico Sturzenegger”, y dejó caer que podrían realizar una movilización o incluso un paro si no hay consenso.
Con respecto a la situación actual, parece claro que al Gobierno no le interesa consensuar con la CGT, especialmente después de su triunfo electoral en octubre. En la sede de la CGT saben esto, y por eso han comenzado a fortalecer sus alianzas con gobernadores, legisladores y algunos sectores de pequeñas empresas, preparándose para la llegada del proyecto oficial al Congreso, prevista para el 9 de diciembre.
La alianza con pymes
Uno de los mayores desafíos que enfrenta la CGT es sumar apoyo en el sector empresarial. Esta tarea no será sencilla, especialmente porque algunos puntos del proyecto de reforma laboral responden a demandas históricas de diversas cámaras empresariales. Sin embargo, desde la CGT buscan romper esa percepción y conseguir aliados entre las pymes.
Recién este miércoles, el triunvirato de la CGT se reunió con representantes de la Confederación General Empresaria de la República Argentina (CGERA) y la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), agrupaciones que representan a un gran número de pymes en el país. “Hubo buena sintonía”, comentan desde la central.
Este encuentro busca aclarar que no todos los empresarios están de acuerdo con la reforma propuesta por el Gobierno. Al finalizar la reunión, las partes acordaron unánimemente: necesitan conocer el contenido del proyecto (que aún es un misterio) y rechazan la intervención del Estado en la relación entre trabajadores y empleadores.
La sensación fue que “no serán reformas que solucionen los problemas de los empresarios y los trabajadores”, comentaron desde la CGT.
Queda por verse si esto será suficiente para influir en la discusión en el Congreso, pero es evidente que la CGT tiene que jugar todas sus cartas para enfrentar a un Gobierno que se siente fortalecido tras las elecciones de octubre.