Claudio Vidal divide el pago de sueldos a estatales en crisis

La situación en Santa Cruz no está para nada fácil. El gobernador Claudio Vidal se encuentra en medio de una crisis financiera que llevó a la decisión de pagar los sueldos de los trabajadores estatales en dos partes. Esto ha generado una gran incertidumbre entre los empleados, sumándose a la difícil coyuntura política, ya que su partido quedó relegado al tercer lugar en las elecciones legislativas nacionales de octubre.

Aún resuenan los ecos de la contundente derrota en las elecciones, donde la fuerza de Vidal no pudo competirse contra Fuerza Santacruceña y La Libertad Avanza. Esta situación no sólo desencadenó cambios en el gabinete provincial, sino que también ha dejado a la gestión al borde, con problemas de financiamiento que ahora la obligan a buscar soluciones urgentes.

El Ministerio de Economía de Santa Cruz comunicó que los sueldos se pagarían en dos tramos: el 4 de noviembre se acreditarán los haberes de los empleados estatales, mientras que para los cargos superiores se realizará el depósito el 10 del mismo mes. Esto ha generado un malestar considerable entre quienes dependen de estos ingresos, ya que representa un atraso significativo respecto de lo habitual.

Además, desde el Poder Ejecutivo admitieron que los recursos son escasos. En palabras de las autoridades, “no alcanzan para cubrir en tiempo y forma las obligaciones salariales”. Esto ocurre en un contexto donde se han visto reducidas las transferencias automáticas del gobierno nacional y las regalías petroleras han caído casi un 30% en lo que va del año.

Claudio Vidal, que se alinea con las Provincias Unidas, no figura entre los primeros gobernadores que serán recibidos por el nuevo ministro del Interior, Diego Santilli. Su única carta a favor en este momento es su conexión con Karina Milei, la secretaria General de la Presidencia, aunque la relación ha sufrido debido a la distancia tomada durante la campaña.

Al recorrer el antiguo predio de Austral Construcciones, recientemente adquirido por la provincia, Vidal se mostró realista ante los periodistas. “Estamos haciendo lo posible con nuestros propios recursos, pero no es sencillo. Los anteriores gobiernos solían recibir grandes transferencias justo antes de los pagos. Ahora, dependemos más de nuestra capacidad”, comentó. Esto denota la presión fiscal que enfrenta, en medio de una inflación elevada y la retracción de la actividad económica en el sector hidrocarburífero.

Pablo Grasso ajusta las cuentas

Mientras tanto, el intendente de Río Gallegos, Pablo Grasso, firmó un decreto que declara la emergencia administrativa y económica de la ciudad hasta finales de 2026. Esto implica congelar la planta de personal y suspender nuevos ingresos, además de un análisis profundo de la estructura municipal para ajustar gastos y lograr un equilibrio financiero.

Según los datos oficiales, los ingresos del municipio han caído un 10,4% en términos reales respecto al año anterior, mientras que la inflación se sitúa alrededor del 25% y los acuerdos salariales pactados alcanzan el 29,4%. Esta combinación de factores presiona fuertemente las finanzas locales. El Concejo Deliberante, bajo la presidencia de Soledad Kamu, apoyó este plan de ajuste, resultando en la cesación de varios nombramientos políticos.

En diálogo con la prensa local, Kamu aclaró que esta medida no significa despidos o recortes salariales. “Solamente se están reevaluando los cargos políticos. No despedimos a nadie ni bajamos los sueldos; las paritarias siguen adelante”, enfatizó. Esto sugiere que, aunque la situación es desafiante, se intenta proteger a los trabajadores en la medida de lo posible.

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