EEUU considera restringir visas a personas con obesidad

La nueva normativa para visas en EE. UU. ha generado revuelo entre quienes están interesados en emigrar. Esta disposición instruye a los funcionarios en embajadas y consulados a evaluar de manera más profunda el estado de salud de quienes solicitan la visa. Es un giro que podría afectar a muchos argentinos que buscan nuevas oportunidades en el extranjero.

Los funcionarios deben considerar si el solicitante podría necesitar tratamientos médicos continuos, medicamentos para toda la vida o futuras intervenciones. Aunque no hay un parámetro específico de peso o índice de masa corporal, la idea es evitar que alguien que represente una carga para el sistema de salud estadounidense obtenga una visa.

Qué establece la disposición

Expertos en inmigración están preocupados por lo impreciso de esta nueva guía. Los funcionarios consulares podrán “desarrollar sus propios criterios” para evaluar las emergencias médicas o los costos futuros. Y aquí está el detalle: muchos de estos funcionarios no tienen formación médica, lo que deja a los solicitantes en una situación vulnerable.

Al llegar a un aeropuerto en EE. UU., es posible que un viajero con documentos en regla sea enviado a un control sanitario adicional. Quienes hayan viajado allí conocen el famoso “cuartito” de Migraciones, donde se realizan interrogatorios y revisiones. En situaciones extremas, esto podría resultar en deportaciones inmediatas.

Evaluación médica y recursos económicos

Según Charles Wheeler, abogado de la Catholic Legal Immigration Network, la nueva regla se aplicará, sobre todo, a quienes tramiten visas de residencia permanente. Esto significa que los funcionarios tendrán que analizar los exámenes médicos, la historia clínica y la capacidad económica del solicitante para cubrir sus gastos de salud a largo plazo.

Una parte crucial del proceso incluye determinar si la persona “puede cubrir los costos de su atención durante toda su vida esperada” sin depender de la asistencia pública. El formulario para la visa incluye la pregunta: “¿Tiene el solicitante recursos suficientes para cubrir estos costos sin recurrir a asistencia pública en efectivo o institucionalización a largo plazo?”.

Además, esta normativa también evaluará la edad del solicitante y la salud de sus familiares, como hijos o padres mayores. Esto busca anticipar futuras necesidades de ayuda estatal, lo que podría impactar a familias multigeneracionales.

El antecedente de la medida

Esta política retoma las ideas de la primera administración de Donald Trump, cuando se introdujeron restricciones migratorias bajo el concepto de “carga pública”, que limitaba el acceso a la residencia para personas consideradas de alto costo para el Estado. Aunque algunas normas fueron revertidas durante el gobierno de Joe Biden, la actual administración republicana decidió reinstaurarlas dentro de su estrategia de control migratorio y sanitario.

Es interesante notar que entre 1996 y 2025, los registros oficiales indican que EE. UU. recibió un promedio de 4.570.830 turistas por año, con un pico en agosto de 2014, donde llegaron 8.418.370. Sin embargo, en abril de 2020, durante la pandemia, esa cifra cayó a 248.486.

La reactivación de estas restricciones puede devolver el peso corporal a la discusión sobre políticas migratorias, y esto no pasa desapercibido en el escenario internacional. ¿Qué implicancias tendrá todo esto en el futuro de la migración hacia EE. UU.? La conversación apenas comienza.

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