Más de 600 trabajadores impactados por caída en ventas

La desaceleración del consumo interno y la creciente competencia de productos importados están impactando con fuerza a la industria de los electrodomésticos en Argentina. En este contexto complicado, algunas de las empresas más grandes del país, como Electrolux y Mabe, han tenido que tomar decisiones difíciles que afectan a muchos trabajadores, justo cuando el año se va acercando a su fin.

En la ciudad de Rosario, Electrolux firmó un acuerdo con la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) para extender un plan de suspensiones rotativas que beneficiará a unos 400 operarios. Esta medida responde a la caída constante en las ventas y niveles de producción. Por el momento, el plan se extenderá hasta el 31 de diciembre de 2025, lo que permite a los empleados mantener su puesto, aunque se verán obligados a aceptar una reducción temporal en su salario.

Desde el sindicato destacaron que estas decisiones buscan evitar despidos masivos y darle tiempo a la empresa para reorganizarse en un contexto económico que está marcado por la recesión y la apertura al mercado de importaciones. Internamente, se menciona que la planta está funcionando con actividad mínima, lo cual está generando incertidumbre laboral para cientos de familias en la región.

El caso de Córdoba

En Córdoba, la situación tampoco es sencilla. La firma Mabe inició un proceso de reestructuración interna que resultó en el despido de más de 200 empleados. En un comunicado que se hizo público el 31 de octubre, la empresa explicó que esta movida tiene como objetivo optimizar la eficiencia y adaptarse a las condiciones del mercado en un entorno económico complicado.

La reorganización de Mabe incluye la consolidación de operaciones en dos localizaciones clave: la planta de Luque, que se centrará en la fabricación de lavarropas, secarropas y cocinas, y el centro de Río Segundo, que se enfocará en servicios, almacenamiento y control de calidad. La planta de San Luis, que produce heladeras, seguirá activa pero con una reducción del 40% de su capacidad, implicando la permanencia de unas 300 personas en su plantilla.

El comunicado de la empresa subrayó que estas decisiones buscan preservar las cadenas de valor locales y asegurar la continuidad de la producción para hacer frente a la competencia de productos importados.

Ajustes, inversiones y traslados

El gerente de Relaciones Institucionales de Mabe, Alejandro Iglesias, comentó que las plantas estaban operando al 50% de su capacidad. Por ello, concentrar toda la producción en una sola sede resulta más rentable. El predio de Río Segundo se transformará en un centro de distribución a gran escala.

De los 250 trabajadores de esa planta, más de 30 aceptaron retiros voluntarios con una oferta superior a la indemnización legal. A los demás se les propuso el traslado a la fábrica de Luque, que está a unos 60 kilómetros de distancia, con el costo del transporte cubierto por la empresa.

A aquellos que decidan no trasladarse también se les ofreció un acuerdo que incluye el 110% de la indemnización. Iglesias añadió que, junto a inversiones recientes de 25 millones de dólares en la planta de Luque, están buscando reducir costos para acercar los precios a los del mercado de importados, esperando que las prometidas reformas laborales e impositivas por parte del Gobierno ayuden a mejorar la competitividad del sector.

La economía estancada y las consecuencias en las fábricas

La situación de Electrolux y Mabe es un reflejo de la crisis que afecta a la industria de los electrodomésticos en su conjunto. La mayoría de las fábricas nacionales están trabajando apenas al 50% o 60% de su capacidad, golpeadas por la baja en las ventas y la oferta más competitiva de importados.

A pesar de que algunas empresas han empezado a complementar su producción con artículos importados para mantener su participación en el mercado, la meta sigue siendo sostener la producción local y proteger el empleo. Entre las compañías que aún fabrican en Argentina se encuentran Longvie, Visuar, Autosal, Briket y Bambi, que se dedican a una variedad de electrodomésticos, desde cocinas hasta heladeras.

A pesar del contexto desafiante, estas empresas se esfuerzan por mantener su operación en el país, tratando de resistir a la situación económica actual sin recurrir a despidos de gran escala.

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